domingo, 9 de octubre de 2016

Soy fortaleza



Si algo tengo claro es que quiero repetir la experiencia, aunque probablemente la viva de otra manera. Como bien dijo una compañera, que con la de ayer era la décima vez que hacía la travesía, siempre se lanza al agua como si fuera la primera vez porque nunca sabes lo que te vas a encontrar. De eso se trata, de vivirlo siempre como si fuera la primera vez. Y  entre otras cosas quiero repetir por el ambiente que se respiró ayer; entusiasmo, afán de superación…



Una frase me acompañó durante todo el trayecto: «Confío plenamente en mi fortaleza. Quiero, puedo y lo hago». Y con ella me lancé al agua y fui siguiendo el curso de las boyas, que encima estaban numeradas y a poca distancia, lo que te alentaba a continuar. 


Una, dos, tres… y a la sexta se me tensó el pie, así que durante unos minutos lo dejé descansar. Siete, ocho, nueve… y a la duodécima me volvió a dar el calambre y solo pude continuar ayudándome de los brazos, pero no paraba. «A ver si no vas a poder llegar», me susurraban los pensamientos. Pero llegué, y encima bien acompañado hasta el mismo final. Gracias, de verdad…


¿Y qué pasó con las medallas? Algunos dicen que se perdieron y otros que las robaron. Lo que está claro es que regresé sin medalla pero con la satisfacción de haber superado el reto. Otro más…

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