domingo, 27 de diciembre de 2015

Jacuzzi en el paraíso

Hace unos meses escribí una entrada titulada "jacuzzi en el infierno" que describía la conversación entre dos galletas que estaban en un tazón de leche hirviendo. Las dos se quejaban de la situación, pero mientras una quería cambiar y salir de allí a toda costa, a pesar de los miedos, la otra ponía excusas y se resignaba a quedarse allí, prefiriendo lo malo conocido que bueno por conocer...

El día de nochebuena, después de nadar sin parar durante más de cuarenta minutos, me metí en el jacuzzi burbujeante que estaba junto a la piscina. No había casi nadie, solamente dos personas nadando y un monitor que vigilaba las instalaciones, pero al estar allí me dio la sensación de que estaba solo, metido en un jacuzzi en el paraíso, sin ruidos, sin pensamientos, en silencio, descansado. El agua no estaba hirviendo, sino calentita. Daban ganas de estar allí y recordé la diferencia entre ese jacuzzi y uno en pleno infierno...


Experimenté lo que es estar en un jacuzzi en el infierno, también lo que es salir de ese agua hirviendo. Por eso, tal vez, agradezco con más intensidad cuando me siento en el paraíso, porque también sé lo que es estar en un escenario opuesto. Sea lo que sea, me dan ganas de escribir la última entrada del año desde el sofá de mi casa recordando que para salir de ese jacuzzi infernal es necesario emprender acciones, acciones que hoy mi amigo José Antonio ha recordado o aconsejado a muchos de los presentes, entre ellos a un familiar muy cercano. Gracias...

Ya, acabo la entrada, acaba este día, se está acabando el año...pero empieza, empezará pronto un nuevo día, empezará en breve un nuevo año...y seguirá, seguirá mi camino que no se sabe hasta dónde llegará porque no tiene que llegar a ningún lugar. Gracias por todo lo vivido y gracias por todo lo que está por llegar...

lunes, 21 de diciembre de 2015

Hasta el final de la playa

Esa sensación de que te levantas y no sabes qué hacer. Bueno, realmente sí sé lo que quería hacer y dónde quería estar, pero como que no lo tienes todo planeado y te dejas guiar por la intuición…


Por eso empecé el día dando un paseo por Guacimeta y maravillándome con la belleza de los cielos y la potencia de los enormes pájaros de acero al aterrizar. Me sigue impresionando que pasen por arriba tan cerca de mí…


Después un corazón con manos simbolizaba a la perfección la esencia del reiki: caer al corazón y sanar con las manos. Y tras esa representación me fui rumbo a Famara, porque quería volver a pasear por la playa que tantas veces me ha llenado el alma. Lo que no sabía ni pretendía a priori, es que llegaría hasta el final de la playa, algo extraño y que nunca había podido hacer en un mes como diciembre, en el que las mareas no vacían tanto, pero me dije por qué no, por qué no intentarlo. Había un tramo un tanto intransitable, pero atravesé el muro de callaos y llegué hasta el final. Un grito de júbilo y agradecimiento intentó batirse con el sonido de las olas del mar, pero el grito fue casi imperceptible comparado con la furia del mar, que no dejaba de producir olas y que alguna llegaba con bravío hasta mis piernas, que se afianzaban en la arena para aguantar la embestida y evitar la caída…




Y después llegué al rinconcito de mi angelito de la guarda, otro lugar donde el mar hacía gala de su poderío y sólo quedaba rendirse a sus pies y disfrutar del espectáculo de la naturaleza. Por poco no vi a mi angelito, pero si no lo vi es porque no lo tenía que ver y seguí mi camino solito, añorando la compañía, pero agradecido por estar conmigo mismo…



Llegué a casa descalzo, ensalitrado, como si fuera uno de esos días de verano en los que vas a la playa. Una ducha y a la cama. Si votar es decidir en quién confiar, ayer yo también fui a votar…

viernes, 18 de diciembre de 2015

Sin miedo al fracaso

No tengo miedo al fracaso, entre otras cosas porque el mayor fracaso es no intentarlo y yo sí lo estoy intentando. Gracias, de corazón, por todas las cosas que me tienen totalmente entusiasmado. El acto de hacerlas realidad es lo que me tiene motivado...

Hoy haremos un brindis navideño con el Grupo VIVE y las propuestas y sugerencias volverán a llenarlo de vida. Después de dos años, el entusiasmo de los participantes está logrando que el grupo se afiance y nuevas actividades, sorprendentes y novedosas, colmarán el calendario del año que viene. Gracias, de corazón, a todos aquellos que hacen posible este grupo cuyo lema es vivir, antes, durante y después. Vivir...




jueves, 17 de diciembre de 2015

Competición VS Superación

Mi amiga Carmen comentaba ayer que el profesor de su hijo, que tiene cinco años, mandó a sus alumnos a prepararse un poema navideño y, los tres mejores, serían elegidos para leerlo delante de todo el colegio. Ella le dijo que no le parecía adecuado porque, en cierta manera, estaba fomentando la competitividad entre los niños y ya empezarían, desde muy temprana edad, a intentar ser mejores para agradar a los demás o a sentirse inferiores si no lograban lo que lograban los demás. Es que de eso trata la vida, de competir, decía él. No, la vida no es una competición, eso es lo que te han hecho creer, respondió ella...



Claro, es que desde siempre nos han inculcado la competitividad cuando en realidad se trata de superarnos a nosotros mismos, pero nunca compararnos. Por poner un ejemplo, el otro día en la piscina yo salí pletórico porque conseguí nadar, durante los cuarenta y cinco minutos de clase, 1500 metros, todo un récord no conseguido hasta la fecha. Había nadado 1300, 1400, incluso 1450 metros en alguna clase, pero nunca había llegado al kilómetro y medio. Cuando quedaban 10 minutos para finalizar, que llevábamos 1200 metros, le dije que tenía ganas de llegar a 1500 para ver si podía superarlo. A toda pastilla lo pude lograr y fue una satisfacción. Otra cosa es cuando miro de reojo lo que hace el compañero y me pico con él e intento que no me sobrepase. Ahora lo veo, me río, y desisto de esa competición que no me lleva a ninguna parte. Ahora me centro en mí, superando mis límites, aunque siempre sin exigirme, no vaya a pretender querer hacer 3 kilómetros cuando todavía estoy por la mitad. Supongo que será progresivo, poquito a poco, como está resultando hasta la fecha. Cada uno a su ritmo, yo centrado en el mío…

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Tocando el piano

El otro día, esperando a mi compañera para enseñarle el local, me dio por abrir la tapa del piano y empezar a tocar cada una de las teclas que lo conformaban…


Lo tenía delante de mí y no quise desaprovechar la oportunidad de tocarlo para experimentar eso que tantas veces me han contado, que la vida es como un piano, compuesto de teclas blancas y teclas negras, y cada una de esas teclas es absolutamente necesaria para que la melodía suene armoniosa. Así que empecé a tocar, las blancas y las negras, las más graves y más agudas, con una mano, con las dos, incluso probé a hacer eso de tocarlas todas una detrás de otras, empezando por las más graves y después haciéndolo al revés. El sonido de cada una de ellas era perfecto y mezcladas ya ni te cuento. Eso sí, que nadie piense que tengo dotes musicales porque no es así, lo mío, si acaso, va más con escribir. Para eso ya tengo amigos músicos que saben tocar muy bien y yo me deleito con escucharles, pero ya puedo decir que he tocado el piano por primera vez...


Tocando el piano, me acordé de aquella vez que mi amigo Josu Okiñena tocó ese instrumento exclusivamente para mí en el Convento de Santo Domingo antes de una sesión de belleza. En ese momento todavía desconocía la simbología del piano y sus teclas, pero allí estaban mostrándome el camino. Teclas negras, Ibán, teclas negras que vas a pasar porque serán fundamentales para que después lleguen las blancas y las disfrutes con libertad. Son recuerdos que me llegan y me hacen emocionar. Las piezas de Chopin me hicieron vibrar. Eternamente agradecido...

martes, 15 de diciembre de 2015

La sabiduría de caer y levantarse

Esto va hoy de levantarse, y no de levantarse todos los días de la cama para ir a trabajar o comenzar la jornada, sino de levantarse tras caerse y pensar que nunca más vas a poder estar de pie…

Un amigo decía hace unos días que no le importaría caerse mil veces si se puede levantar mil y una veces. Caerse mil veces y levantarse de nuevo, en eso consiste la vida. O como dijo Nelson Mandela: “La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre”...


Caer y levantarse es la mayor sabiduría…

lunes, 14 de diciembre de 2015

Coger el cebo

Entre las cosas que hice ayer, fue dar un paseo familiar por la costa y observar a unos pescadores tirar la caña. De repente me imaginé el símil de lo que podría ser para los peces coger el cebo. ¿Cojo el alimento aparentemente fácil o me quedo en el océano? ¿Voy a lo cómodo, ese trocito inmóvil que está esperando por mí, o exploro el espacio infinito que me rodea? Claro que ellos no se imaginan que mordiendo el cebo se acabaría su vida, pero es el riesgo que entraña estar en la zona de confort, que te puedes quedar atrapado en vida. Muchas veces preferimos escoger una aparentemente seguridad limitada que la abundancia ilimitada...


jueves, 10 de diciembre de 2015

Cuadros con mensaje

Cuando pinté la casa en septiembre quité muchos de los cuadros viejos que tenía. Me apetecía reemplazarlos, pero no quería comprar cualquier cosa, sino algo que realmente tuviera un significado, que me transmitiera nada más verlo…

Pues bien, en Camden Town, uno de los barrios más populares de Londres, encontré estos cuadros con mensaje


El primero dice “sé libre”. Al fin y al cabo, la felicidad trata de eso, de ser libres, de sentirse libres…


El segundo dice que “siempre hay esperanza”. Este cuadro me gusta mucho y el mensaje es esperanzador. Por muy mal que lo estemos pasando, siempre hay lugar para la esperanza. Esa niña de espaldas intentando coger un globo con forma de corazón…


Libertad, esperanza, amor. Estos mensajes cuelgan ahora de las paredes de una habitación. Cada vez que los veo, me recuerdan esa libertad, esperanza y amor que inundan o quiero que inunden mi interior…


Y como hoy parece que va de mensajes, este último no salió de un cuadro, sino de un ser maravilloso que tengo la inmensa fortuna de conocer. Me emocionó tanto, que por aquí lo comparto: “sé que todavía caeré muchas veces pero ahora sé que, cada vez que me levante, será para algo mucho mejor”

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Agradeciendo el viaje

La verdad es que, durante muchos momentos, agradecí a mis compañeros la experiencia del viaje. Incluso alguna vez estuvimos a punto de hacer la meditación de la gratitud y caer al corazón. Algunos me miraban con cara rara y me decían que ellos jamás podrían hacer eso de caer al corazón, pero yo sé que sí podrían, porque en su momento yo también decía que sería incapaz y alguna que otra caída ya he experimentado...



Lo cierto es que estoy muy agradecido, por la salud, la vida y por mis compañeros, con los que he vivido muchos momentos durante nuestro corto pero intenso viaje a Londres. Gracias a tod@s, de corazón...

jueves, 3 de diciembre de 2015

Miedo biológico y miedo psicológico

Si algo te da miedo plantéate estas dos preguntas: ¿Esto que voy a hacer me va a provocar la muerte? ¿Esto que voy a hacer me va a generar una enfermedad terminal? Si la respuesta es sí, estaríamos ante un miedo biológico. Por ejemplo, si alguien va hacia ti con un cuchillo en la mano instintivamente te apartas porque sabes que si te lo clavan te podrías morir. Si alguien te invita a beber veneno rechazarías la oferta salvo que voluntariamente quieras poner fin a tu vida. El miedo biológico hace que instintivamente te alejes de esos peligros…


En cambio, si la respuesta es no, estaríamos ante un miedo psicológico. Es como una amiga que al final ha decidido no ir de viaje porque teme que le pueda pasar algo. ¿Y si hay otro atentado? ¿Y si nos pasa algo? Pues si pasa, pasó, no hay más, no podemos controlar lo que ocurra en el mundo. Yo decido viajar porque no tengo miedo y, si remotamente lo tuviera, elijo cruzar la barrera del miedo. Ya lo he dicho muchas veces: el mayor antídoto para el miedo es caminar hacia el miedo. Si cruzas y sales de tu zona de confort, te espera el regalo. Si no decides cruzar sigue en tu zona de confort, pero si no haces frente a tus miedos, la zona cada vez se hará más estrecha y será imposible vivir en ella. Sobrevivirás, tal vez, pero no vivirás…



miércoles, 2 de diciembre de 2015

El equilibrio perfecto

Ayer fui al banco a retirar unas libras que necesito para mi próximo viaje a Londres y mi amiga la banquera, como a mí me gusta llamarla cariñosamente, me sorprendía diciéndome que cómo había cambiado. Antes no paraba de trabajar y ahora no paraba de viajar. La verdad es que no sabía que tuviera esa percepción de mí, ni siquiera yo mismo pero, si me remonto a unos cuantos años atrás, es verdad que no paraba de trabajar, hasta incluso en dos trabajos a la vez. Ahora, en cambio, trabajo para vivir y, el resto del tiempo, lo dedico a vivir. El equilibrio perfecto, trabajar justo lo necesario. Además, me gusta el trabajo que hago…


martes, 1 de diciembre de 2015

No hay truco

El truco es que no hay truco. Esa fue la conclusión a la que llegó Anabel, esa simpática murciana que vino dispuesta a todo con tal de liberarse de sus miedos. Así lo hizo, lo dio todo, pero se percató de que realmente todo lo que necesitaba estaba en su interior. No hay truco, en su interior está todo lo que necesita…


Y por aquí comparto algo que he leído…


“Así es el perderse para encontrarse. Se hace libre quien se desprende y olvida de sí para llegar al auténtico sí mismo. Vaciarse por completo es camino de libertad, de la opacidad a la transparencia unificándose con el universo entero”.

lunes, 30 de noviembre de 2015

He encontrado la pasión

Después de haber hablado con mi amiga Pino durante casi una hora, fui a la cama y leí esto…

“El secreto de la felicidad es simple: averigua qué es lo que te gusta hacer y dirige todas tus energías en esa dirección. Si analizas a las personas más felices, saludables y satisfechas de tu mundo, verás que todas han encontrado cuál era su pasión y luego se han dedicado a perseguirla. Esta vocación suele ser casi siempre la de servir a los demás. En cuanto concentres tu poder mental en conseguir lo que amas, la abundancia inundará tu vida y todos tus deseos serán satisfechos sin esfuerzo”.

“Primero descubre cuál es la misión de tu vida, así despertarás cada mañana con una reserva ilimitada de energía y entusiasmo. Todos tus pensamientos estarán concentrados en tu objetivo. No tendrás tiempo para perder el tiempo. El poder de la mente, por tanto, no se malgastará en pensamientos insignificantes. Automáticamente, borrarás el hábito de preocuparte y te volverás mucho más eficaz y productivo. Aún más, tendrás un profundo sentido de la armonía interna, como si algo te guiara para realizar tu misión en la vida. Es una sensación maravillosa”.



La conversación fue para confirmar aquello que quiero hacer. He encontrado la pasión, dos retos en los que enfocarme, y toda mi atención estará centrada en ellos. Todo lo demás, carece de importancia. Además, no tendré prisa por conseguirlos, porque siento que durante el proceso de cocción es donde encontraré los mayores niveles de satisfacción. Gracias, gracias, gracias…

jueves, 26 de noviembre de 2015

Acción de Gracias

No sé si es porque hoy me han invitado a una cena de Acción de Gracias y he pensado que será un buen momento para seguir practicando la meditación de la gratitud. Lo cierto es que, de repente, me he acordado de la prueba final que me hicieron para certificar, con un papel, que estaba completamente sano…

Estaba en una especie de rosco y en mi mente sólo había gratitud. En lugar de ver los pensamientos pasar, veía las caras de toda la gente que había conocido durante todo ese tiempo y que, de alguna manera, me habían empujado hasta allí, a culminar con buen pie la meta. Veía una cara y agradecía los momentos vividos con ella, luego pasaba otra y hacía lo mismo. De vez en cuando se me colaba algún pensamiento como “están tardando mucho, seguro que es porque han visto algo”, pero automáticamente los hacía callar. En ese momento no conocía el “no sé” o “este pensamiento no significa absolutamente nada”, pero instintivamente me salía silenciarlos: ¡¡¡ssssssshhhhhhhhh!!! Las caras se sucedían y cada una de ellas me transmitía confianza…


¡Qué gratitud tan inmensa siento! No sé cómo explicarlo…

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Excusitis

Se estaba haciendo de noche y estaban a punto de cerrar la puerta. Aún así, me dejaron pasar unos minutos y no quise perder la oportunidad. Salvo con el guardián, no me crucé con nadie más. Estaba solo, silencioso, escuchando el viento, la respiración y mis pasos al andar. Hacía muchísimos años que no entraba en el cementerio pero, aún así, llegué a encontrar la tumba de un tío que falleció muy joven mucho tiempo atrás. Muchos estaban enterrados en ese lugar. Algunos pudieron vivir su vida con intensidad y otros tal vez no, poniendo excusas y pensando que tendrían tiempo para realizar aquello que querían realizar, pero el tiempo acaba, tarde o temprano acaba…



Tu vida empieza donde acaban las excusas. La peor enfermedad del mundo se llama “excusitis”, que es encontrar siempre una excusa para cualquier cambio o acción que quieras realizar. Estoy vivo, sano, a qué espero para realizar aquello que quiero realizar. Tarde o temprano voy a acabar en el cementerio, así que aprovecha este momento. Con paso firme y decidido salí del lugar dispuesto a realizar las acciones necesarias para lograr mis retos, que se cocerán a fuego lento, pero al menos ya he puesto la cocina en funcionamiento…

martes, 24 de noviembre de 2015

¿Cuándo? Aquí y ahora

¿Serán señales que no puedes obviar? Lo cierto es que, durante el curso del pasado fin de semana, nos hicieron tres preguntas fundamentales. La primera fue qué visión tenemos de nuestra vida en el futuro, la segunda era que escribiéramos cinco acciones para conseguirlo y la tercera pregunta era cuándo vas a emprender estas acciones. ¿Cuándo? Aquí y ahora, fue mi respuesta. Lo llamativo de todo fue que media hora después, tras la finalización del curso, una amiga se acercó a mí para decirme cuándo iba a hacer tal cosa. Me quedé sorprendido, porque precisamente lo que me estaba proponiendo era una de las acciones que yo había escrito para conseguir mi visión de futuro. Además, mi respuesta rotunda fue que empezaría a emprender las acciones aquí y ahora...



Podría ser una gran motivación, es una gran motivación. La suite 308 fue testigo del nacimiento de la motivación. Gracias por transmitirme tanta motivación, querida amiga, porque una vida sin motivación es como estar dentro de un ataúd a la deriva...

lunes, 23 de noviembre de 2015

Personaje VS Ser

Yo, el personaje, no soy ejemplo de nada. El ejemplo es la carta, esa carta que escribí desde lo más recóndito de mi ser y que me emociona cada vez que la leo...

El personaje cree que podría decepcionar a alguien y un halo de exigencia recorre la piel de su cuerpo. El ser no tiene cuerpo, no se presiona, no muestra exigencia, sólo siente...

El personaje trata de defender una imagen, su identidad. El ser no está identificado con nada, sólo siente...

El personaje vería un resultado adverso como negativo. El ser lo vería todo neutro y cualquier resultado sería una oportunidad para seguir creciendo, para seguir aprendiendo...



Gracias por todo lo descubierto. Estoy preparado para mañana, para seguir creciendo, para seguir aprendiendo...

viernes, 20 de noviembre de 2015

Ir sin expectativas

Como un niño cuando lee, que se sorprende con cada página que pasa y que lo va enganchando a la trama. Difícil no tener expectativas cuando te dicen que el curso de hoy, terapeuta consciente, nos cambiará la vida...


Pues nada más que decir. Intentaré ir sin expectativas, con mucho entusiasmo y a ver si me cambia la vida...


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Vivir

Vivir, ese es el título del libro que me regalaron ayer y cuyo contenido se puede resumir en esta página de diario de una persona budista:

Paseo, dice, al amanecer de un día de buen clima. Me dejo acariciar por la brisa, saboreo la experiencia de estar vivo, sentir palpitar mi vida. Y pienso: ¡Vivir, qué maravilla y qué enigma! Interrumpo el paseo. Me paro en silencio a saborear esta vivencia. Estoy vivo, pero mi vida me desborda; no es sólo mía, ni la controlo. ¡Vivir es ser vivificado por la Vida que nos hace vivir! Sigo paseando. Compro el periódico. Titulares de muerte me desazonan: atentado, asesinato, guerra, maltratos, hambre, manipulación, tortura... Me pregunto: ¿Cómo construir una humanidad en que nos hagamos vivir mutuamente, en vez de destruirse cada persona a sí misma, a sus semejantes y al entorno? ¿Cómo recuperar la experiencia de vivir, la gratitud por estar siendo vivificados, la responsabilidad de vivificarnos mutuamente?”


Y mientras ayer nadaba de espaldas, boca arriba, con la respiración agitada por el esfuerzo y el cansancio, fui consciente de que estaba vivo, de que respiraba, y me acordé seguidamente del título del libro. No pude evitar sacar un grito de júbilo, de emoción. Estaba vivo, nadando, llegando a la otra orilla, aunque de la emoción ya no lo hacía en línea recta e iba como un barco a la deriva. Quizás la vida me estaba desbordando, no la estaba controlando. Tuve que pedir disculpas al chocarme con los otros nadadores. Se me había ido la pinza mirando al techo y gritando de alegría, siendo consciente de que nadie me escuchaba, porque cada uno estaría centrado en su nado, pero si me escuchaban me daba igual. ¿Qué me iban a decir, que se me fue el baifo, que por qué hago esas cosas tan raras? Si ahora leen esto también lo podrían pensar pero, como le dije a una compañera mía, quiero escribir sin sentir que la gente me lee, escribir para expresar lo que siento, lo que hago, sin temor a ser juzgado. Escribir para expresar mi gratitud a la vida...

martes, 17 de noviembre de 2015

Manzanas y naranjas enteras

De las cosas dichas en el curso del domingo pasado, recuerdo especialmente a una persona que le habían hecho creer que ella era media manzana, que tenía que buscar la otra mitad fuera, pero que al final, gracias a una serie de herramientas, se dio cuenta de que ella es la manzana entera. No necesita nada más...


Lo mismo nos han hecho creer con lo de nuestra media naranja, que está fuera y vamos como locos a buscarla. El amor romántico que nos venden en Hollywood no es verdadero. Nosotros ya somos la naranja entera, suficiente para hacernos un zumo si la exprimimos con entusiasmo, saboreando hasta la última gota. Si por el camino encontramos otra naranja que se complemente con nuestro sabor, la añadimos al vaso, pero en ningún caso será necesario...

Las relaciones son un espejo que pueden representar un añadido a tu felicidad, un complemento, pero nunca una necesidad...

lunes, 16 de noviembre de 2015

Teresa Feliz

Hacía por lo menos más de un año que en la casa donde vivo no se preparaba una cafetera. La razón es que no lo tomo, por eso no lo hacía, pero ayer preparé un desayuno rico a gusto de todos los comensales, el invitado y un servidor. El hecho de que yo haya cambiado la alimentación y no coma o no me apetezca comer ciertas cosas, no es motivo para que no pueda preparar un desayuno variado en el que cada uno coma lo que quiera. Aquí hay cabida para todos y todos serán bien recibidos. El amor está hecho para sentirse, para expresarse, para vivirse. Sentir amor y no expresarlo, es como envolver un regalo y no entregarlo...


Lo gracioso fue cuando fui a comprar al supermercado las cosas necesarias para el desayuno y me atendió una cajera llamada Teresa Feliz. Tenía unas ganas locas de sacarle una foto a su etiqueta identificativa y se lo pedí, pero me dijo que no podían hacerse fotos porque podían llamarle la atención. Entonces no, le contesté, y al despedirme le dije que siguiera siendo tan feliz, lo que provocó el rubor en sus mejillas y una tímida sonrisa...


Y después del desayuno llegó el postre, un postre que duró prácticamente un día. Últimamente no suelo ser de postres, pero ayer me empaché. Gracias a tod@s por el maravilloso día...

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Optimismo a prueba de bombas

Empecé el mes hablando de un libro sobre el optimismo y sigo hoy con algo relacionado con el optimismo. ¿Será que siempre deberíamos tener el optimismo presente? El caso es que me contaron una historia titulada como “optimismo a prueba de bombas” y, aunque no me acuerdo exactamente de la misma, más o menos voy a reproducirla, aunque la sitúe en otro lugar y en otro contexto. El resultado será el mismo...

"Había una tienda en Londres que siempre ponía un cartel que decía “we are opened as usual”, estamos abiertos como de costumbre. Durante la Segunda Guerra Mundial y a causa de los bombardeos, la tienda quedó prácticamente destruida. Las paredes cayeron y sólo quedaron en pie un par de estanterías. Aún así, ese día abrieron el local y pusieron el cartel “we are more opened than usual”, estamos más abiertos de lo habitual.”


Esto es un claro ejemplo de optimismo a prueba de bombas. En lugar de centrarse en la tragedia y en las ruinas, se centraron en lo que quedó a salvo. Celebraban la vida...


martes, 10 de noviembre de 2015

Apuntarlo en una libreta

La sensación de que te salen las palabras de dentro, que tienes todo absolutamente claro para tomar una decisión y que piensas que no se te va a olvidar jamás, pero al rato puedes olvidarlo todo y tratas desesperado de recordar qué fue aquello que te llevó a la comprensión...


Me ha pasado muchas veces y, para que no vuelva a ocurrir, lo que he hecho ha sido apuntarlo en una libreta. Así estará siempre presente aquello que brotó desde mi interior y, simplemente recordándolo, me ayuda a estar en paz...

lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Qué es el Reino de Dios?

Desde el pasado viernes estoy intentando ver amaneceres y puestas de sol, incluso las dos en el mismo día. Me llamó la atención que, nada más llegar al lugar para ver el amanecer, un señor me diera un folleto que decía...


¿Qué es el reino de Dios? No sé, la verdad es que me tumbé sobre el muro y me dije que sería estar en paz y tener la sensación de no necesitar absolutamente nada. Eso sería el Reino de Dios...


Unas veces con nubes, otras veces con el cielo totalmente despejado. Lo cierto es que he podido disfrutar de los cielos y el sol en todo su esplendor...


jueves, 5 de noviembre de 2015

La mente como una fiel servidora

Mi amiga lo tenía claro: déjame a mí la correa que yo la manejo bien. Eso me lo dijo cuando fuimos a dar un paseo con su mascota. Si yo hubiera estado sujetando la correa, probablemente me hubiera llevado más de un tirón y tendría la mano tensa de cogerla con fuerza, pero ella la llevaba muy bien, el perro a sus pies, dejando claro quién guiaba...

Lo mismo sucedería con la mente. La mente debería estar a nuestro servicio para utilizarla como guía, pensando de forma funcional, dejando claro que esa es su única función y no identificarnos con toda la artillería de pensamientos disfuncionales que se generan cada día, dicen que por lo menos sesenta mil al día. Imagínate por un momento siendo guiado por la mente, colocándote la correa alrededor del cuello y que sea ella la que tira de la misma. Una locura, ¿verdad?



Mejor al revés. Tú eres el domador y la mente estará a tus pies, como una fiel servidora. Es un instrumento pero no un maestro. Si se alinea contigo, no tiene por qué obstaculizar tu camino. Si se alinea contigo, no se opondrá a tu felicidad…

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La mejor compañía

Había quedado con alguien pero, al llegar, tuve la sensación de que esa persona se iba a olvidar. No hice nada por evitarlo, ni siquiera llamarla, porque probablemente sólo iba a conseguir que se apurara para llegar. Intuía que se había olvidado por completo, pero decidí esperar...


Me senté, pedí un té y me puse a esperar. Si viene, disfrutaré de su compañía, si no viene, disfrutaré de este momento, también estando en la mejor compañía, conmigo mismo. No es que hiciera comparaciones ni mucho menos, pero me estaba encontrando la mar de agusto solo, poniendo los morros sobre el té humeante para impregnarme con todo su olor, divisando la quietud de aquel espacio, observándolo todo sin decir ninguna palabra. Estaba conmigo, como hacía tiempo que no lo estaba...

Efectivamente, esa persona se había olvidado por completo y se sintió fatal por haberlo hecho, pero ya le dije que ni se preocupara, que había disfrutado del momento y que, por supuesto, podríamos quedar en otra ocasión. Gran tarde a solas...

martes, 3 de noviembre de 2015

Viaje al optimismo

Así quiero empezar noviembre, con un viaje al optimismo. Ese es el título del libro que me regalaron en mi última escapada y por eso quiero empezar así el mes, con optimismo, o continuar con el mismo optimismo de siempre, aunque a veces los nubarrones mentales te intenten sacar constantemente... 


Aprendiendo siempre, errando muchas veces, acertando en otras ocasiones, pero siempre aprendiendo, por eso también quiero compartir esta frase que ayer me dijeron: 

"Cuando te desapegas del resultado, ya no eres la persona que hace que sucedan las cosas, sino la que permites que aparezcan. Ya no hay lucha..."

jueves, 29 de octubre de 2015

Grano de sal frente al océano

- Procedes de ahí...
- ¡Ni de coña!
- Sí, eres parte del océano.
- ¿Pero tú me has visto bien, cómo voy a ser lo mismo?
- Eres lo mismo, lo que pasa es que te has secado...
- Pero si eso sólo es agua...
- Y tú también eres agua...
- Déjate de tonterías, que me estás poniendo nervioso. Eso es líquido, yo soy sólido, nada que ver...
- La esencia es la misma, pero tú te sientes separado.
- Perdona, pero yo estoy muy integrado, tengo muchos granos de sal que me acompañan, mi familia, mis amigos. Soy muy popular...
- Y por qué no te metes en el agua?
- Porque es malo para la piel, eso me han dicho...
- Anima a todos los tuyos a meterse en el agua. Verás cómo se funden en uno...
- ¿Fundirse en uno? Eso me suena a orgasmo.
- Podría ser el mayor éxtasis de tu existencia. Fundirte con el todo, con la vida...
- No sé yo...
- Tarde o temprano te fundirás, mientras tanto, disfruta de la vida...


martes, 27 de octubre de 2015

Cambia de canal

Cambia de canal. Si no te gusta lo que ves, cambia de canal. Hay un canal positivo, que te hace estar en paz, y otro negativo, que te llena la cabeza de pensamientos tóxicos. En este mundo, los canales que no tienen audiencia los retiran de la pantalla, así que está en tu mano porque, al fin y al cabo, tú eres el único espectador de la pantalla, tu pantalla...



Ayer recordé esto y se lo dije a una mujer. Se quejaba porque tenía la parte derecha de su cuerpo inmovilizada, pero le dije que en lugar de recrearse en eso agradeciera que pudiera mover la parte izquierda. Con su mano izquierda era suficiente para cambiar de canal. Cada vez que le vinieran pensamientos que la deprimieran, tenía la opción de cambiar de canal. Era su responsabilidad...

lunes, 26 de octubre de 2015

Globos en el techo

Quiero conseguir mirar donde tú miras, me decía. Pero dónde crees que miro, le preguntaba sorprendido. No sé, pero tus ojos parece que miran a todo y nada, eso me decía. Con Julen hice algo que cada vez que lo recuerdo me entra la risa y mis mejillas se sonrojan de la vergüenza. Aquel día, después de visitar a Patricia, acabamos los dos haciendo aquello que a él le apetecía, tumbarnos boca arriba en el suelo de un abarrotado Centro Comercial con los ojos puestos en el techo y sin miedo al qué dirán, con vergüenza, pero sin miedo. Allí permanecimos un rato, mirando los globos olvidados que chocaban contra el techo y no podían seguir su camino, ajenos a las miradas de la gente que pasaba...



La última vez que volvió a Lanzarote me dijo que ya no había globos en el techo. Los habían quitado, se habían liberado... La experiencia la recordaba, también le había marcado. Amigo, espero que estés disfrutando de mirar donde querías mirar...

miércoles, 21 de octubre de 2015

No hay mal que por bien no venga

¿Qué hacía yo en la habitación de Christa con mi compañera María Antonia dando reiki? ¿Cómo había llegado hasta allí? De repente me dí cuenta de que si no hubieran sucedido ciertas cosas en mi vida, no habría disfrutado de ese momento, ni siquiera sabría lo que era el reiki.  Incluso cuando estaba junto a la cama en una postura algo incómoda para la espalda, me dí cuenta de que si no llega a aparecer esa contractura en la espalda que arrastro desde hace casi un año, no estaría disfrutando de ese momento…

No sé, me acabo de acordar del dicho popular “no hay mal que por bien no venga”. Gracias a esa contractura en la espalda he descubierto la natación, un deporte que, tras tres meses practicándolo, me sigue fascinando. Ayer aprendí a hacer virajes y, lo que a priori parecía un reto imposible porque nunca había hecho una voltereta en el agua ni en el aire, se convirtió en otro reto superado. Nadar se ha convertido en una liberación. Si no hubiera sido por ese contratiempo, ni de lejos hubiera estado nadando. Además, si no llega a ser por esa contractura en la espalda, seguramente hubiera estado con otros proyectos de teatro que, aunque me entretienen y divierten, no me hubiera dado tiempo de disfrutar de ese otro proyecto, acompañar a los ancianos del Hospital Insular y ofrecer una parte de mí. Decidí descansar de ciertas actividades y me llega este regalo. Este espacio de tranquilidad siento que es el que necesito para escuchar mi cuerpo…



Ver la cara de Christa al despedirse de nosotros diciendo que quiere volar y que con nosotros lo conseguirá, no tiene precio…

lunes, 19 de octubre de 2015

¡Ay, ay, ay...!

El silencio, ese fue el gran protagonista, comer en silencio, caminar en silencio, hablar en silencio. Hasta día y medio después no supe si era un ratón, una rata o una cucaracha lo que estaba en la habitación, y eso que mi colchón estaba en el suelo. Dicen que la curiosidad mató al gato, pero como no podías hablar, no fui curioso. Lo respeté al máximo, porque así te llevas la experiencia del silencio…


¡Ay, ay, ay!, diría la niña madre, esa que se quiere y se hace querer a partes iguales. ¡Corre, coooorre...!, le diría el gato curioso al ratón o el ratón al gato, lo mismo da. Lo bonito fue conocer a gente linda e interactuar con ellos a través del silencio. A veces, si no todas, las palabras sobran, solo hacen tapar la verdad, esa que siempre está ahí y que la podemos sentir a través de las miradas. No hace falta adornar con palabras lo que se muestra ante nosotros…


Gracias a todos por el fin de semana. ¿Y la borrasca, qué fue de la borrasca?

jueves, 15 de octubre de 2015

A dieta de dramas

Se nos saltaron las lágrimas. Haciendo el tonto, metiendo los dedos en un bote de crema de chocolate, riéndonos con los dientes totalmente negros, cambiando el drama de unos minutos antes por un puñado de risas improvisadas. Así fue mi desayuno de hoy...


Y es que ni la dieta del cucurucho, ni la de la alcachofa ni nada por el estilo. Lo mejor es ponerse a dieta de dramas...


miércoles, 14 de octubre de 2015

Hacer las paces

Tender la mano y hacer las paces, invitándola a sellar la paz. Sin palabras le decía que no estaba enfadado. Me dieron ganas de abrazarla...



Cuando se está en conflicto la responsabilidad no es de los demás, sino de uno mismo. Yo elegí estar en paz, elijo estar en paz, todo lo demás no tiene importancia. Volví a conectarme con el entusiasmo y terminé abrazándola…

viernes, 9 de octubre de 2015

La motivación de los retos

Marcarse un reto, por muy difícil que sea, puede ser una motivación, un aliciente para superar tus límites. Al final, lo podrás conseguir o no, pero el simple hecho de plantearlo y trabajar a conciencia, sin exigencias, ya es un logro y te puede aportar más que conseguir el reto en sí. Si además lo haces en compañía, mejor que mejor…



Pues eso es lo que me quedó claro, hablando con mi compañera y amiga, y desde hace un par de días me planteo marcarme un reto que ni por asomo se me pasaba por la cabeza. ¿Por qué no? No sé, me llama la atención, me entusiasma la idea, es una motivación…

miércoles, 7 de octubre de 2015

En medio del océano

Llevo días recordando el momento en el que estaba en medio del océano con las gafas de buceo puestas. Después de que los delfines abandonaran el lugar y se dejaran de escuchar los sonidos con los que se comunicaban, me encontré solo, con un silencio impoluto, y me dio la sensación de que no era nada comparado con la inmensidad. Era un ínfimo puntito flotando sobre el agua…


Es como si la zona de confort fuera el barco, aquel espacio en el que te sientes seguro, pero que realmente es muy limitado, unos siete u ocho metros de largo, y cuando te lanzas al vacío, en este caso al océano, hay una inmensidad esperándote, un montón de joyas y regalos por descubrir, pero te entra tanto miedo que enseguida tienes ganas de volver al barco, donde aparentemente estás a salvo, pero quién dice que no estés igual o más seguro dentro del agua, qué pasa si trasciendo ese miedo que me impide explorar aquello desconocido que se abre ante mis ojos…

No sé, tener esa experiencia me hizo sentir que formo parte de un todo más inmenso y que ese cuerpo con manos y pies que reacciona al nombre de Ibán, no tiene tanta importancia. ¿Cómo sería este momento si me olvidara de mí mismo y de mi historia?