viernes, 31 de mayo de 2019

Día 7: Como un niño con zapatos nuevos

Y aunque se avecinaba una gran tormenta por los relámpagos que iluminaban la noche, al final fue una ligera llovizna y las hojas de los frondosos árboles no dejaron que la lluvia llegara al suelo. Pero lo que sí escuchamos fue un ruido ensordecedor, una especie de disparo al aire, y es curioso cómo el cuerpo se pone en alerta porque teme por su supervivencia, hasta que al final te convences de que estás a salvo y pase lo que pase vas a salir vivo de esta experiencia porque aún tengo muchas motivaciones por delante, así que pude conciliar el sueño. Y a la mañana siguiente supe que el ruido era para ahuyentar a los elefantes salvajes...


¿Cómo resumir lo que ha sucedido en este día? Cogimos lo que ellos llaman un catamarán y me invitaron a remar, ¡clarooo!, ¡cómo negarme! Parecía un niño con zapatos nuevos remando hacia la otra orilla. Casi me caigo en el lago al llegar y mojé uno de mis zapatos, pero estaba tan contento que ni me importó. Después nos explicaron todo lo relacionado con el coco. Desde pequeño siempre escuché que del cerdo se aprovecha todo, pues para los de aquí sucede lo mismo pero con el coco, que lo aprovechan todo, y así nos enseñaron a partirlo, rayarlo y hacer una especie de pan que mezclaban con coco, lima, cebolla y un toque picante para no variar. Y para rematar la faena, me invitaron a conducir el tuk tuk. ¡Clarooo!, ¡cómo negarme! Seguía como un niño con zapatos nuevos...






¿Y después, qué sucedió después? Una de las cosas que siempre busco en los viajes y acabo encontrando, interactuar con la gente y empezar una amistad. Y todo ello gracias a un niño que quería practicar con nosotros el español y al final dialogamos con toda una gran familia que se habían reunido en Sri Lanka desde diferentes partes del planeta. Tal vez me los vuelva a encontrar, ¿quién sabe? Solamente por ese momento, ha merecido la alegría venir hasta aquí...



Y con el guía ha sido una confirmación, mi intuición no me falló, un gran corazón y lo mejor que me podía pasar... Nos cuida como si fuéramos de su familia y gracias a él estoy aprendiendo muchas cosas sobre el país...




Y cuando ya pensaba que el día había acabado y no daba para más, asistimos a un espectáculo de danzas populares y de repente me encontré con él, supe que era él... Por eso y mucho más, estoy como un niño con zapatos nuevos. Si me dijeran que hoy termina el viaje regresaría hiper satisfecho, pero aún quedan muchos días por delante y la vida sigue sorprendiéndome... ¿Qué pasará?

jueves, 30 de mayo de 2019

Día 6: El salto de la rana

Cerré los ojos y al abrirlos noté que algo trepaba por la mosquitera que rodeaba mi cama. ¿Qué será?, me pregunté. No importa, me respondí, estás durmiendo en un árbol, vive la experiencia. Volví a notar algo que caía sobre la cama, pero al palparla aparentemente no había nada. El viento arreciaba y parecía que los cimientos del árbol se tambaleaban. Mi silencio daba paso a los sonidos de la naturaleza, el mundo animal se manifestaba, el graznido de los pájaros, el salto de los macacos, sonidos intensos que no identificaba... Y aquello seguía pegado a la mosquitera, ¿una rana?, ¿cómo va a ser una rana si suelen estar en el agua?, ¿una lagarto sin cola? No importa, sigue durmiendo y que sea lo que la vida quiera... Y por supuesto no le comenté nada a mi compañera, aunque por dentro la risa nerviosa hacía acto de presencia... ¡Qué bien estar en la zona cómoda de vez en cuando!, pensé. Estar rodeado de la mosquitera era mi área de seguridad. Y que sea lo que la vida quiera, yo confío en ella... Y al final, al despertar, la rana apareció en el baño, estaba escondida en el WC... Y hoy vuelvo a dormir en el bosque, en una casa en el árbol, qué me encanta experimentar el cambio entre el lujo y la comodidad y de repente encontrarte con lo básico, aunque esta cabaña de básico no tiene nada, pero sí es verdad que estás a la intemperie en medio de un bosque no se sabe dónde...


Y después del salto de la rana, nos fuimos a visitar Sigiriya, conocido por los lugareños como la octava maravilla del mundo, uno de los monumentos históricos más valiosos del país en el que sobresale una meseta de roca con forma de león... 



De camino a Polonnoruwa para ver la ciudad en ruinas, paramos para almorzar. Esta vez sí conseguimos comer sin nada picante, aunque a mí no me importa un poquito de picor que le dé sabor, pero por supuesto no al nivel de lo que aquí se acostumbra. En boquita cerrada no entran moscas, nos acordamos de este dicho y nos reímos, pero cambiamos la palabra moscas por mosquitos, que estábamos rodeados de ellos y debíamos cerrar la boca para evitar que entraran sin permiso, pero ¿cómo engullir la comida si no era abriendo la boca? Al final me acabé el plato y no sé si tragué algún que otro mosquito...

El calor apretaba y cuando eso sucede echo de menos refrescarme en el mar y me doy cuenta de lo afortunado que soy por vivir en una isla como Lanzarote. Pero el calor no impidió que brotara la risa viéndonos nuestras caras cansadas y sudorosas, con ganas de echarnos una ducha. Y eso, cuando la risa viene sin llamarla y te retuerces en el suelo aunque sean unos pocos segundos, eso no tiene precio, reírse de uno mismo es la mejor medicina...


Y como curiosidades, he aprendido que el loto azul es la flor nacional de Sri Lanka y el gallo salvaje es el ave nacional. Pues vimos uno en el bosque pero no se dejó fotografiar, salió corriendo quizás porque no ha aprendido que puede echar a volar. Por eso me gustan las águilas, porque ya conocen todo su potencial y ayer, cuando vi algunas de ellas volando en la selva, me acordé de esa amiga que se siente águila y que vuela a medias, pero que sabe que áun puede alzarse más y continuar...


Es la primera vez que cuento un viaje tan en vivo y en directo... Ahora se escuchan truenos o vete tú a saber qué serán esos ruidos tan intensos y no sé lo que pasará esta noche que volveré a dormir en el árbol, porque aquí ya está anocheciendo. Confío en que sigan las sorpresas...

miércoles, 29 de mayo de 2019

Día 5: Nací con una estrella

Al acabar el día es cuando me pongo a escribir y muchas veces me pregunto: ¿qué hice hoy? Relatar este viaje a través del blog es un regalo que también me estoy haciendo a mí mismo para que lo vivido no se diluya en el olvido. Entonces caigo al corazón y recuerdo lo más esencial...


El día comenzó visitando el primer templo budista de Sri Lanka llamado Mihintale. Allí conocimos a Tharanga y la verdad es que nos trató de maravilla. Gracias a él pude conocer un poco más de la filosofía budista y como, si reciben regalos, ellos ofrecen bendiciones multiplicadas por dos. A mí me recordó lo que yo suelo llamar "cuando das se multiplica" y al final nos regalamos mutuamente, él una de sus pulseras y yo una camiseta con el nombre de Lanzarote...



Y después del almuerzo, esta vez casi sin picante, fuimos a visitar el Parque Nacional de Minneriya con la intención de ver elefantes en libertad. Y pudimos divisar unos cuantos grupos desde muy lejos, aunque a mí me sabía a poco pero entendía que no debía bajar del camión por seguridad, ¡cuánto me hubiera encantado acercarme un poco más!, pero de repente nos encontramos con un grupo que estaba próximo a la carretera y casi pudimos rozarlos con nuestras manos... ¡Qué bonitos! Fue una experiencia nueva y recordé la actividad del taller en la que cada uno se identificaba con un animal y yo me sentí elefante, tan grande, pisando fuerte la tierra...



Pero además de los maravillosos elefantes, pudimos ver búfalos, ciervos, cocodrilos, un montón de variedad de aves, vacas y pavos reales, sí, vacas y pavos reales, lo que me sorprendió muchísimo porque ni por un momento me imaginé que pudieran vivir en medio de un hábitat tan salvaje, los hacía más domésticos o animales de granja... Y lo que más me sorprendió fue lo que mi amiga denominó el nido de las mariposas, un charco de barro en medio de la carretera repleto de mariposas blancas que cogieron vuelo a nuestro paso...

En el camino de vuelta, el coductor del safari se paró y salió del jeep. ¿Qué va a hacer?, pensé. Y de repente vi que recogía unas gafas en medio de la carretera. ¡Son mis gafas!, le exclamé tan feliz. Habían desaparecido de mi cabeza sin darme cuenta y las recuperé cuando era impensable recuperarlas. Y entonces me acordé de mi amiga que siempre dice que tengo mucha suerte y que en lugar de estrellado nací con una estrella. Pues no lo sé, la verdad es que mi pensamiento fue: ya no tienes gafas, necesitas comprarte otras nuevas, pero el sol no te va a impedir que disfrutes de esta gran experiencia... Y al final aparecieron y mis ojos lo agradecieron porque pudieron protegerse de la luz tan intensa que producía la estrella solar, será que nací con una estrella...



martes, 28 de mayo de 2019

Día 4: Cuando saludé a un mono y salí huyendo...

Nada más darle la mano para saludarle intuí su gran corazón. No tengo ni idea de lo que va a pasar, pero siento que es el mejor guía que pudiera tener. Tanto es así que no pude contenerme y le solté, sin que mi compañera lo escuchara para que no se alertara y me dijera “tampoco te pases, mira a ver”: Confío en ti, llévanos donde nos quieras llevar… 



Y después de haber descansado, salimos desde Colombo con dirección a Anuradhapura. Vimos diferentes animales, vacas, pelícanos y algún otro cuyo nombre no recuerdo bien, también carteles que avisaban de tener cuidado con los elefantes, aunque el conductor nos contó que a esa hora del día, con el calor que hacía, sería muy difícil divisarlos. Ojalá tenga suerte y algún día los pueda ver en libertad, porque sí que llegué a ver uno mientras iba transportado en un camión de carga. Y también vimos un montón de murciélagos colgados de los árboles camuflados entre las hojas… 



Tras cuatro horas de trayecto, llegamos a un pedazo de hotel. No hay nada mejor que viajar sin expectativas para que después te sorprendan, pues vas con la intención de dormir a la intemperie si hiciera falta, pero en esta ocasión fue todo lo contrario. 



Y después fuimos a ver las ruinas de la ciudad de Anuradhapura y visitamos varios templos budistas donde se guardan las reliquias de Buda: Jethawanaramaya, Abrayagiriya y Ruwanaseliseya, entre otros. ¡Qué sensación de paz sentarte y conectar con la respiración mientras los monjes rezaban y preparaban sus ofrendas con la flor de loto como principal protagonista…  



En medio del paseo me dio por saludar a un mono y al final salí huyendo porque empezó a correr detrás de mí. Mi ego proteccionista y que vela por mi supervivencia me dijo: ¡A ver si te estás quieto! Pero él ya sabe que yo no le hago caso, conmigo ya está curado de espanto...



Y por fin, la cena, pues teníamos mucha hambre y casi habíamos sobrevivido a base de frutas, que también está muy rica. Abundante no, lo siguiente. Eso sí, es picante aunque lo pidas sin picante…

Día 3: La guagua 187

Siempre digo que aterrizar y salir del avión es como salir de la zona cómoda, pues de sentirte protegido entre las alas del aparato, pasas a salir del cascarón y enfrentarte a lo que está por llegar: control de pasaportes, recogida de equipajes, cambio de divisas y averiguar cómo llegar al centro de la ciudad. Y el elegido fue la guagua 187, con ventiladores rotos incorporados y asientos un tanto destartalados, pero que me hicieron sentir como uno más de la ciudad. Nada de coger taxis ni coches privados, a mí me encanta mezclarme con la gente local… 



Y al entrar en la ciudad de Colombo el tráfico se empezó a congestionar, lo que me recordó a La India, aunque no he estado pero lo he visto muchas veces en películas, ¿será que se parecen y por eso la llaman la lágrima de La India? Eso junto con los olores en sus calles me confirmaban que ya estoy en Asia… 



Y después de la guagua cogimos un tuk tuk, el medio de transporte característico del país. Al llegar al hotel nos dijeron que habíamos pagado demasiado por el trayecto, pero para mí fue como agua de mayo, apareció por detrás y no nos lo pensamos dos veces porque cargar con las mochilas con semejante “solajero” era una temeridad, así que fueron los tres euros mejor invertidos desde que estamos aquí...

Un buen dicho que sigo al pie de la letra es: "Allá donde fueres haz lo que vieres". Si hay que cruzar un semáforo en rojo porque ellos lo hacen, lo hacemos y punto... Y sobre las seis de la tarde nos rendimos al sueño, pues llevábamos casi dos días sin dormir... Y hasta aquí puedo escribir porque ni yo sé lo que va a ocurrir…

domingo, 26 de mayo de 2019

Día 2: La canción de Las 17:00

El avión era inmenso, jamás me había subido en uno tan grande, con dos pisos o plantas, enorme… Y de repente me encontré con él, Pablo López estaba en la selección de música de Fly Emirates y escuché su canción de Las 17:00… Y claro, cuando el piano y violín se funden en uno me surgió la inspiración y ya sé cómo continuar su historia, la de Alicia, ya sabrán de quién se trata…



Y desde el cielo pude divisar la ciudad de Dubai, las luces de sus edificios me encandilaron y quise abrir bien los ojos y grabar el momento porque tal vez no lo vuelva a hacer, quién sabe…  Y también desde el cielo sigo escribiendo hasta llegar al destino final, Sri Lanka, pero sin aterrizar ya están llegando las sorpresas. Eso es lo que tiene saber lo mínimo y dejarse llevar por alguien que te guiará… En sus manos me pondré, que me lleve donde me quiera llevar, veremos a ver qué pasa, además, ¿yo no pedí que me sorprendieran?

sábado, 25 de mayo de 2019

Día 1: Un pie en el aeropuerto

Aunque todavía faltan un par de días para aterrizar en Sri Lanka, un viaje comienza desde el momento en que pones un pie en el aeropuerto… 
Vine más cargado que nunca y el mensaje que me vino a la mente es que tal vez sea una oportunidad para soltar lastres y aligerar la mochila a lo largo del viaje… Y de repente tuve la oportunidad de regalar uno de mis ejemplares del libro “Cuando abracé la vida” en inglés que irá a parar a Nueva Zelanda y no me lo pensé dos veces, son esas llamadas que agitan mi corazón y me susurra que haga cosas sin pensar… ¿Más lejos puede ir?, ¿qué aventuras le deparará por allá?, ¿quién lo leerá? Me encanta la sensación de imaginarme conectado con la gente que se encuentre en su camino, ¿quién sabe?, tal vez alguna vez me reencuentre con alguien…

viernes, 24 de mayo de 2019

Objetivo Sri Lanka

Al principio no lo entendí, pero después comprendí que la vida actuó en mi propio beneficio, y si para ello tuvo que trastocar mis planes iniciales y cambiar las fechas del viaje, lo hizo sin ni siquiera consultarme. Y lo acepto porque confío en que siempre me protege. Antes no era el momento, pero ahora sí me va a llevar a visitar un nuevo lugar... ¿Por qué Sri Lanka? No tendría una respuesta clara, tal vez fueron varias señales o coincidencias que me llevaron a elegir este destino en el que siento que algo nuevo me espera, al menos la persona que me acompaña es nueva, un espejo que me recuerda la importancia de la coherencia y ya solo por eso sé que la compañía será perfecta. Y aunque somos dos, en realidad seremos tres, pero hasta aquí puedo escribir... 


Gracias, estoy vivo y la vida me regala una nueva oportunidad para disfrutar de la aventura y dejarme llevar mientras saboreo otras culturas, ¿qué más puedo pedir? Sorpréndeme, voy con ganas de sorprenderme...

lunes, 20 de mayo de 2019

La sensación de estar vivo...

Y sentado en una butaca ves cómo tus pensamientos se introducen en burbujas y los observas sin identificarte con ellos hasta que explotan y se diluyen en el universo que respiras, la vida misma... Ayer también me ayudaron a conectarme con la sensación de estar vivo y compartir ese sentimiento con el resto, una explosión de júbilo que te lleva al agradecimiento.



Y no puedo gustar a todo el mundo, lo acepto...

miércoles, 15 de mayo de 2019

Bendito bolso que casi se olvidaron


¿Qué más da si no sabía dónde me iba a alojar? Al final la casa se inundó y nos trasladaron a otro lugar, más cerca aún de donde se iba a celebrar la carrera, como si todo estuviera orquestado y la vida me llevara en volandas para correr y lograr mi reto… A veces no saber dónde vas hace que te puedas sorprender más, sobre todo si te dejas llevar y confías en la gente que te acompaña, adaptándome también a sus costumbres y circunstancias, tan distintos pero con un denominador común, pasarlo bien y disfrutar. La risa es una fiel seguidora que es capaz de brotar cuando menos me lo espero y por situaciones tan estrambóticas que con solo recordarlas me vuelvo a retorcer en el suelo…


Sin importarme la fila de espectadores de enfrente, me atreví a hablarle e interactuar, bendito bolso que casi se olvidaron y que fue la excusa perfecta... Y puedo decir que jamás un trayecto en el tren se me hizo tan corto…

sábado, 11 de mayo de 2019

Versión 3.8

Gracias, estoy vivo, ¿qué más puedo pedir? Gracias por esta nueva experiencia que me regalas, dar la bienvenida a esta nueva etapa desde el cielo, viajando. Actualizaron mi software, hoy estreno la versión 3.8, ¿qué me deparará? Gratitud, ese es mi deseo, que no me olvide de agradecer cada momento porque confío en que cada momento es primordial para seguir este camino que estoy recorriendo, que siga encontrando motivación y nuevos retos, que me devore la pasión, el entusiasmo de saborear cada gota de esta vida maravillosa… Estoy vivo, gracias, ¿qué más puedo pedir? Tener ganas y apetito de seguir viviendo…


 

miércoles, 8 de mayo de 2019

Este no es el final...

Y en la selva enmarcada en un elegante vestido quedaron escondidos lo que antaño fueron para resurgir seres completamente nuevos. Atrás quedaron los leones malheridos, los perros asustadizos, las gatas ariscas y las lagartijas tímidas para proyectar una nueva vida y convertirse en una mejor versión de ellos mismos. Los búhos aunaron sus energías, la unión hizo la fuerza, el águila expandió sus alas para no quedarse a medias y volar muy alto y la pantera superó sus miedos y pudo crear vida en su fuero interno... ¿Quién dijo imposible?, ¿quién dijo no puedo? Todos proyectaron un futuro prometedor, incluso los que creían que no podían o que no tenían nada preparado, otra creencia más que tiramos al cajón de la basura. Viendo lo que vi ayer, me quedó claro que con actitud y acción podemos lograr todo lo que nos propongamos, y si no que se lo digan al koala, que le costaba hablar pero que acabó bailando, liberándose de sus miedos para expresar todo el potencial que lleva dentro... Gracias de corazón a todos los participantes por abrir sus corazones y darse la oportunidad de sanar... Este nos es el final, CONTINUARÁ...


martes, 7 de mayo de 2019

7 de mayo de 2024

Hoy te propongo un juego, cierra los ojos e imagínate cómo quieres que sea tu vida dentro de cinco años: ¿qué tal te encuentras?, ¿dónde vives?, ¿dónde trabajas?, ¿a qué dedicas tu tiempo libre? No escatimes, piensa en grande y serás gigante, así que imagina que todos tus sueños se han hecho realidad, proyecta que tus conflictos del presente se han resuelto, que estás haciendo lo que verdaderamente quieres hacer... Cierra los ojos y visualiza que has conseguido todo aquello que te habías propuesto, ¿por qué no?, soñar es gratis, pero pide, no te quedes corto, no te autolimites, eres merecedor de todos tus logros. Practica el poder de la visualización, emociónate con lo que ves, vívelo como si por fin hubieras logrado tu vida soñada y sé constante con esta nueva vibración que estás creando...


sábado, 4 de mayo de 2019

Tiki taka taka bum

¿Por qué no nos dejamos sorprender más? Venir sin expectativas y agradecer las sorpresas que te brinde la noche, como el tiki taka taka bum del grupo bosnio que se asemejaba al latido de un corazón, un himno a la vida que nos invitaba a estar presentes y mover el esqueleto... Y en medio de la música fui capaz de abstraerme por unos segundos para alzar la vista al cielo y agradecer que estaba vivo, vivo y sano, ¡qué maravilla!... Después sigues bailando, recordándote que nadie te hace nada sino que te lo haces tú mismo con las expectativas generadas...