No puedo parar de saltar, no puedo parar de reír, pero a la vez estoy
trabajando y debería guardar la compostura, eso es lo que me susurra la
cabecita, pero si algo tengo es que no puedo disimular lo que siento. Será un gran
día para compartir mi alegría con las personas que me vaya encontrando por el
camino. El pequeño ya está aquí y estoy sintiendo la emoción de verlo por
primera vez. Y pensaba escribir sobre el viaje y tal vez lo haga más
adelante, pero ahora es momento de soltar toda la energía que llevo dentro. Y
saltaré, y seguiré llorando, como cuando lloré nada más abrirlo y abrazarlo.
Sólo me queda dar un paso antes de presentarlo. Gracias, muchas gracias a todo
el equipazo que me acompaña por hacer de este proyecto una realidad…
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