jueves, 13 de octubre de 2016

Día 7: Orquídeas y plátanos rojos

Viernes, 23 de septiembre de 2016

Ese día llegamos a Singapur, después de pasar un largo control de seguridad y coger una guagua que nos llevara al centro. Nos orientamos como pudimos, pues ni siquiera teníamos un mapa en condiciones, y no nos fue del todo mal. Yo diría que incluso genial. Eso de andar hacia donde nos llevara el corazón se nos dio de maravilla…

¿Y qué hicimos allí? Visitar la marina y su impresionante distrito financiero lleno de rascacielos. Incluso subimos al observatorio del, probablemente, hotel más caro de Singapur, o por lo menos sí el más alto (Marina Bay Sands Hotel). El almuerzo no podía faltar, disfrutando de unas vistas impresionantes y probando una cosa nueva: el zumo de fruta de dragón.







¿Qué hicimos después? Guiándonos por el plano del metro nos dio por bajarnos en el Jardín Botánico. Impresionante el cambio tan radical de escenario. De pasar del tumulto y los impresionantes rascacielos, a la paz y tranquilidad del jardín. Allí incluso visité por primera vez un jardín de orquídeas, una de mis plantas favoritas…







Como aún teníamos tiempo, nos dio por bajarnos en Little India. ¡Qué casualidad, pero allí también estaban celebrando sus fiestas! No sé cómo nos las arreglábamos, pero a cada sitio que íbamos la fiesta nos recibía. Y allí vi por primera vez una especie de plátanos rojos, que al parecer proceden de la India. Me picó tanto la curiosidad, que no quise desaprovechar la oportunidad de probarlo. Son más gordos pero menos sabrosos, así que para gustos colores…





Y eso fue lo que aconteció en nuestra visita a otro país: ¡Singapur!

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