miércoles, 12 de octubre de 2016

Sangre de la buena

Ya me lo dijeron en la selva, que mi sangre era muy buena para la naturaleza. Lo cierto es que ayer, cuando fui al hospital a recoger los resultados de la revisión, acabé hablando del viaje a Malasia con la doctora, sobre todo de mi experiencia en la selva, que es la que verdaderamente me marcó. ¡Las sanguijuelas se pusieron las botas!


Y es que cuando voy a la consulta no sé cómo me las arreglo, pero siempre acabo hablando de sueños o viajes. Y protegido, sigo sintiéndome protegido por los que allí me rodean. Mi sangre sigue estando muy buena, sana y tengo muchas ganas de seguir viviendo y compartir la experiencia.

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