jueves, 27 de noviembre de 2014

77 segundos

Estaba tumbado boca arriba y una fina tela o bolsa cubría mi cuerpo. A través de las transparencias podía ver un par de manos azules posándose sobre mi abdomen y dándome energía. Esas manos eran las de un avatar...y de repente, me di cuenta de que eso no era real, estaba viviendo un sueño despierto, sentí que estaba teniendo esa experiencia que tantas otras veces me habían contado pero que yo no había experimentado. Si esto no es real, me decía, puedes jugar y transportarte a otro lugar. Y así fue, al instante me vi cayendo de un gran rascacielos de la ciudad de Nueva York. Caía al suelo aplastado, pero con la misma volvía a saltar y estaba en medio de la calle, sonriendo, y en menos de lo que tardo en contar hasta tres me vi en África, en un lago y con la única compañía de un hipopótamo. Al principio el animal tenía cara de pocos amigos, pero me volví a repetir que si eso era un sueño yo lo podría transformar a mi gusto, y así fue como me observé montado sobre el lomo del hipopótamo y nadando los dos cual amigos de toda la vida. Pero ahí no acabó la cosa, porque el siguiente escenario fue un salto al vacío, como si estuviera suspendido en el aire, sin control ninguno y sin saber cuál sería mi destino. En algunas ocasiones era yo quien guiaba el sueño, yendo de aquí para allá, y en otras no tenía ni idea de qué era lo que me depararía, pero siendo consciente en todo momento de que no era real. Y por eso fui a parar a un bol repleto de palomitas, sí, era un diminuto humano rodeado de gigantes palomitas de maíz y observaba cómo iba a ser engullido por una persona, una persona que tragaba sin parar, me introducía en su interior...y con la misma volvía a salir, por donde suelen salir las cosas, y yo seguía feliz, sonriendo, disfrutando por primera vez de un sueño lúcido que nunca antes había tenido...




Y todo eso pasó en 8 o 10 minutos, quizás menos, pero desde luego fueron más de 77 segundos, y comento lo de los 77 segundos porque ayer me dijeron que ese es el tiempo mínimo que necesitas para empezar a transformar tu realidad. Si durante ese tiempo vives una emoción con total intensidad, comienzas a generar experiencias acordes con esa emoción. Si son emociones de miedo, ya sabes lo que te espera, pero si son emociones positivas, como la gratitud, y las sientes con total intensidad, empezarás a vibrar en el amor. Imagínate si lo haces durante 24 horas...

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Un libro que se va a leer

¿Para qué están los libros? Para leerlos, sobre todo si son libros que se regalan con buena intención. Hace unos meses le regalé un libro a alguien porque pensé que le podría ayudar, pero el libro se había quedado como un objeto de decoración sobre una mesa auxiliar del salón. Cada vez que visitaba esa casa allí mismo lo encontraba, en la misma posición y con la portada muy lisa y radiante, como si ni siquiera se hubiera abierto para hojear las páginas u oler su interior. Allí seguía y yo ya me había acostumbrado porque esa persona no quería leer el libro en cuestión. Pero ayer me dijo que por mí se lo iba a leer, que iba a hacer ese sacrificio. Sonreí y le dije que no lo hiciera por mí, que lo hiciera por él. Bueno, creo que no hace falta decir que ese libro es “Sea más feliz que el Dalai Lama”.


Tal vez le vaya bien, vete tú a saber...

martes, 25 de noviembre de 2014

El aleteo de una mariposa

Según el efecto mariposa y la teoría del caos, el aleteo de una mariposa en Hong Kong podría desatar una tormenta en Nueva York. Un pequeño cambio puede generar grandes resultados. Tampoco es que tenga mucho que ver, pero a mí me está ayudando extender los brazos y simular el aleteo de una mariposa. Cada vez que me vengan pensamientos que me hagan creer que soy un gusano, con un simple movimiento de los brazos me recuerdo que soy una mariposa...


En la vida a veces hay que tomar decisiones que podrían dar un vuelco a tu vida, decisiones que incluso podrían ser dolorosas. El dolor será inevitable, pero el sufrimiento es opcional...

domingo, 23 de noviembre de 2014

Loco o no loco

Estoy loco, para qué lo voy a negar. Mejor empezar diciendo que estoy loco y así no me llevo ninguna sorpresa al acabar. O puede que no lo esté tanto pero no me importa decir que estoy loco. La cuestión es que a veces he experimentado cosas que se escapan de lo racional, que no se pueden explicar con palabras. Ponerle palabras sería de locos. Loco o no loco, esa creo que no es la cuestión. La cuestión es que me encanta todo lo que estoy viviendo, me apasiona todo lo que estoy experimentando. He venido a este mundo para ser feliz, cada vez lo tengo más claro, y si para eso tengo que poner un punto de locura en lo que hago, pues lo hago. ¿Qué más da si estoy loco o cuerdo? ¿Qué más da si piensan que estoy loco? Estoy viviendo, con locura o sin ella, esta aparente realidad que se muestra ante mis ojos...


Sería de locos pensar que yo estaba allí, haciendo la excursión del Parque Nacional de los Glaciares. Pues una parte de mí creo que estaba allí, junto a ese corazón con patas. ¡Qué más da si estoy loco!

jueves, 20 de noviembre de 2014

Nunca llueve a gusto de todos

Hace unos cuantos años trabajaba de guía turístico y una de mis funciones era visitar a los turistas en sus respectivos hoteles y darles información sobre la isla y posibles excursiones a realizar. Recuerdo que yo siempre les decía que en Lanzarote apenas llovía, si acaso veinte días al año, así que si tenían la ocasión de presenciar un día de lluvia en la isla la gente local se pondría muy contenta, porque les encantaba ver llover, sobre todo por lo poco acostumbrados que estaban y porque era bueno para que las tierras dieran su fruto, pero que ellos, los turistas, tendrían muy mala fortuna si así ocurriera. En fin, el dicho es que nunca llueve a gusto de todos. Pero si ahora volviera atrás añadiría decirles que tanto sin lloviese como si no, disfrutasen del momento...

Hoy ha sido uno de esos escasos días de lluvia en Lanzarote. Desde la vista privilegiada de mi ventana pude ver la masa gris de nubes acercándose poco a poco a la ciudad...


Y de repente, durante 25 minutos exactos, empezó a descargar todo su contenido sin piedad...




Se habrán quedado a gusto, habrán liberado todo lo que les sobra y a seguir fluyendo con la vida. Y mientras, aquí unos estarán celebrando esas gotas de vida que proporciona la naturaleza, y otros estarán angustiados por verse atrapados en medio del diluvio. Nunca llueve a gusto de todos, pero tanto a unos como a otros les diría que aceptaran y disfrutaran el momento...

martes, 18 de noviembre de 2014

La tormenta perfecta

Si anoche algunos estaban esperando una tormenta se quedaron con la miel en los labios, porque no hubo esa tormenta tan anunciada, si acaso un atisbo de vendaval, pero al menos por mi casa ni eso, porque a las once y pico de la noche, algo inusual en mí, estaba en medio de la calle en pijama corto esperando a mi angelito de la guarda. Aquello parecía una noche de verano...

Anoche, después de llegar de mi clase de Tai Chi, ducharme y cenar, me encontré con una botella de vino en la nevera que alguien me había regalado meses atrás. En su momento le dije que la abriría para celebrar una ocasión especial, pero allí estaba sin estrenar, aunque alguna vez sí hice un amago de abrirla y compartirla, pero por una razón u otra seguía allí en la nevera, entera. ¿Es que no había tenido ocasiones que celebrar durante todos estos meses? Sí, claro, pero lo hacía sin el vino, supongo, aunque ayer al verla decidí abrirla y ponerme una copa, y después invitar a esa visita inesperada que compartió el sofá conmigo, entre risas y charlas. La ocasión había llegado. Allí estábamos los dos, abriéndonos el corazón, desnudándonos el alma y compartiendo experiencias, sirviéndonos de espejo en el que observarnos. Igualmente hubiéramos hecho eso sin el vino, porque el vino simplemente fue testigo de esa noche sin tormenta, pero allí estaba, celebrando con nosotros la vida...


Y es que anoche no tuvo lugar la tormenta perfecta, pero sí fue una noche perfecta, porque todo es perfecto tal y como es salvo el juicio del ego...

Y las ideas fluyeron

El Grupo VIVE celebró su primer aniversario y todos recordamos cómo empezó, con una lluvia de ideas, de la que surgieron diversas actividades que se han ido organizando...


Y las ideas fluyeron una vez más, así que tenemos más propuestas de cara al próximo año. Gracias a todos porque sin cada uno de ustedes este grupo carecería de vida...

jueves, 13 de noviembre de 2014

Los extraños alegres que no tienen nada

Desde la ventana de la nueva oficina puedo ver las montañas, las nubes, la lluvia, porque ayer ví llover desde la ventana. También puedo ver los pueblos, Montaña Blanca, Tías, Güime. ¡Hay que ver cómo ha crecido Güime! Y también veo árboles, sobre todo palmeras, y coches, muchos coches, con un montón de gente que no conozco en su interior, aunque ayer me dijeron que los extraños no son extraños, son amigos que aún no hemos conocido. Todo eso y más puedo ver desde la ventana, y no es que me distraiga del trabajo, porque mientras tecleo lo que tengo que teclear, de vez en cuando giro mi cabeza hacia la izquierda y lo puedo ver todo, como ahora, que acabo de ver una gaviota pasar. Me paro unos segundos que aprovecho para agradecer lo que estoy viendo...y sigo tecleando, con alegría, entusiasmo, salud, prosperidad y serenidad, porque ayer alguien también me dijo que sale de su casa y dice que es prosperidad, serenidad, salud, entusiasmo y alegría. Realmente pedía todo eso, diciendo quiero..., pero le recomendaron que en lugar de pedir afirmara todo eso, porque ya lo es. Y otra frase que me provocó ciertas carcajadas al llegar a casa fue la de que “tú no tienes nada, simplemente te crees que lo tienes”. Tomaaaaa, día redondo...


martes, 11 de noviembre de 2014

Renovando las ideas

Aunque no lo parezca, ya hace más de un año que iniciamos el Grupo VIVE y diversas actividades se han organizado hasta la fecha. No sabíamos cómo iba a responder la gente. ¿Les gustará las actividades? ¿Les llegará la información? Con todas esas preguntas e incertidumbres comenzamos el mes de enero con el taller de pintura...y todo fue un éxito. De la mano de Eli Lemes aprendimos a dibujar una puesta de sol, cada uno a su manera pero bien guiados por la anfitriona de la casa, porque el taller lo hicimos en su propia casa. Así arrancábamos con el Grupo VIVE, utilizando todos los medios y la solidaridad de quienes querían colaborar, porque sólo teníamos eso, nuestra voluntad y disposición de echar una mano y hacer algo bonito para disfrute de todos. Y también hubo tiempo en ese taller para recordar a Natalia Mayoral, la pionera del grupo, pues gracias a ella todo comenzó...

Después fueron organizándose otros talleres, uno por cada mes. Así, en febrero tuvimos un taller de Jin Shin Yjutsu, en marzo fue un reiki solidario, en abril Israel y su gran equipo de UNICAN nos deleitaron con una terapia con animales. En mayo llegó el taller de nutrición y tanto Chico como Hernán nos dieron ciertas recomendaciones al respecto. En junio nos reímos bastante, porque Pedro Correa nos regaló un gran taller de risoterapia y todavía resuenan en mis oídos las carcajadas del grupo. Las sonrisas perduraron y en julio nos seguíamos riendo, y cada vez venía más gente a los talleres, como al de meditación guiado por mi gran amigo Manu Velázquez. En agosto algunos se fueron de senderismo y en septiembre nos pusimos en forma con el Taichi...

Y ahora que se está acabando el año y aún queda algún taller por hacer, lo más importante es volver al punto de partida, a proponer ideas y sugerencias para que el grupo se siga renovando. Por eso te invito a esta lluvia de ideas, para que aportes cualquier idea que se te venga a la cabeza, para que colabores con el grupo, porque el grupo somos todos, un grupo de personas que amamos la vida y consideramos que hay que disfrutarla. Antes, durante y después de cualquier tecla negra que se te cruce en el camino, aquí tienes un grupo que te puede ayudar a pasar un rato agradable...


viernes, 7 de noviembre de 2014

Cambios en la oficina

Ayer, a última hora de la tarde, empecé a recoger todas mis pertenencias porque me cambiaban de oficina. Parece que no, pero cuando empiezas a recoger te das cuenta de un montón de cosas que tenías sin darte cuenta de que las tenías, cosas que vas guardando y que quedan en el olvido. Y no sólo eso, sino que tienes la sensación rara de estar abandonando un espacio, que no te pertenece en absoluto, pero el hecho de haber permanecido allí durante siete años hace que un poco lo consideres como tuyo. Pero insisto, eso es un error, porque nada nos pertenece...


Y ahora me han puesto en una nueva oficina, con nuevos compañeros, con nuevas vistas, porque tengo una gran ventana desde la que puedo ver el cielo, nueva mesa y un montón de cosas más, como un cactus en el que reside un caracol y que ya me han encomendado la misión de cuidarlo. Así lo haré...


La verdad es que el cambio no ha nacido de mí, porque estaba cómodo donde estaba, sino que más bien responde a una reorganización de los departamentos, así que básicamente seguiré haciendo lo mismo pero desde otro sitio. Además, yo casi que me dejo llevar. Si antes me resistía a los cambios, ahora confío en que todo pasa por algo. Los cambios serán positivos y me alegría se va conmigo...

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Como caminar sobre cristales

Prosigo con mis clases de Taichi y ayer, para explicarme uno de los pasos, me decían que no tenía que fundar el talón de forma brusca, sino suavemente como si estuviera caminando sobre cristales. De repente, mis recuerdos se activaron como un resorte y empecé a sonreír diciéndome: ah, si es como caminar sobre cristales, en eso ya tengo experiencia...


Y por aquí dejo una frase del libro “Sea más feliz que el Dalai Lama”, que hoy se presentará en Sevilla. La frase que ha salido al azar es: “A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo”. ¡Mucha suerte en la presentación!

martes, 4 de noviembre de 2014

Curar las almas

Hace ya unos cuantos meses, la vida quiso que conociera a un médico que me iba a recomendar una forma de alimentación más sana. Así lo hice, y aunque al principio me pude agobiar un poco, ya no sólo por el cambio de alimentos, sino porque a partir de ahora tenía que sacar tiempo para cocinar cuando antes lo tenía más fácil yendo a casa de mi madre, con el paso de los meses me he sentido más cómodo y contento con lo que he hecho. Además, su lema es disfrutar con la comida, no agobiarse, hacer el cambio poco a poco, estar alegre con lo que se come. Pero si hay algo que a mí verdaderamente me encantó fue cuando dijo que él era un cirujano porque así lo decían sus títulos y diplomas, esos que colgaban de la pared de la consulta, pero que a él lo que verdaderamente le gustaba era curar las almas. Con eso definitivamente me conquistó, curar las almas, y por eso, cada vez que voy a su consulta no me encuentro con un médico homeópata y nutricionista interesado sólo en lo físico, sino que soy recibido por alguien que escucha y que da consejos certeros sobre cómo afrontar los miedos. Siempre que salgo de su consulta me dice que voy por un buen camino, y sabes, eso me reconforta. Gracias...


lunes, 3 de noviembre de 2014

Descalzo...

La del sábado fue una de esas noches que merecen ser contadas, aunque tampoco sé qué es lo que me gustaría contar, aparte del hecho de vivirla descalzo...


Descalzo estuve en la playa, disfrutando de un lindo anochecer en Famara, y descalzo estuve en otro lugar en el que nunca me imaginé estar, al menos esa noche, pero eso es lo bonito de las cosas, cuando llegas a lugares que no te esperas y te dejas llevar. Estando allí sólo sé que tuve la imperiosa necesidad de ponerme descalzo, de poner mis pies en contacto directo con el suelo, moverme como pez en el agua, sintiendo la música y bailando sin sentido...o con todos mis sentidos. Y todo eso descalzo y sin temor a las miradas de los demás, contagiando y contagiándome de la diversión. Estaba descalzo, me había quitado los zapatos y me sentía libre...