sábado, 30 de septiembre de 2017

2 horas 16 minutos... y no llegué

Entre lo que pido y la vida me da sin pedir, lo mío parece estar destinado a vivir experiencias por primera vez. Esta vez fue hacer la Travesía el Río y ser rescatado en medio del océano. ¡2 horas 16 minutos... y no llegué! ¡Y la de cosas que se me pasaron por la cabeza durante ese tiempo! ¿Todavía en la boya 7? ¡Pero si no estoy avanzando! ¿Y si levanto la mano y pido ayuda? ¡Y una mierda me rindo! ¿Dios, pero dónde están los demás? La sensación de estar nadando solo y al rato estar rodeado de unos cuantos. ¿Otra vez el del bañador azul? ¿Pero dónde están las boyas? La sensación de que se movían de sitio y después me lo confirmaron. Mira, vida, yo quiero llegar, pero lo dejo en tus manos. Esa fue la petición que lancé al final...


Y al rato apareció una lancha por mi derecha y me invitaron a subir por motivos de seguridad. La prueba había terminado y yo no había llegado. Pues qué quieren que les diga, a pesar de que estaba a punto de llegar al muelle, me lo tomé como un regalo. La vida me dijo: No, mi niño, tú no estás para esforzarte y nadar a contracorriente. Y ese ha sido el aprendizaje, ver el lado positivo de una aparente derrota. Eran 2600 metros y nadamos más de 4000. ¡Menudo aguante! No llegué, pero me quedo con la aceptación con la que me lo tomé. O mejor aún, la primera vez llegué por mi propio pie y esta vez subido en una zodiac. ¡Qué bien me lo pasé!


 

viernes, 29 de septiembre de 2017

Disfrutar, ¿verdad?

¿Cuál es la intención? Disfrutar, ¿verdad? Llegar, recoger el dorsal, calentar, compartir tus miedos y entusiasmo con los demás y sentir cómo se te eriza la piel cuando subes al barco porque está a punto de comenzar. Llegas a la orilla y respiras hondo, visualizando la meta en la otra orilla. Disfrutar, ¿verdad? Eso es lo que vas a hacer mañana, disfrutar. Y da igual si hay viento o si las olas no te dejan respirar. Es una experiencia más. Confiar en tu fortaleza y disfrutar del camino, independientemente de lo revuelto que esté. Total, no lo puedes controlar, así que no quiero saber más, cuanto menos sepa más voy a disfrutar. Confío plenamente en mi fortaleza, quiero, puedo y lo haré. Sí, eso es lo que haré, disfrutar, ¿verdad?


miércoles, 27 de septiembre de 2017

La magia de la radio

En directo, en el aire, aquí y ahora. Así es la radio. No saben qué preguntarme y no sé qué responder, pero la improvisación va orquestando la conversación y lo que dices lo dices allí y quedará grabado para siempre. Esa es la magia de la radio, del presente. Y me divertí mucho, como siempre, pues me siento como pez en el agua y me dejo llevar por donde me quieran llevar…



martes, 26 de septiembre de 2017

¿Qué camino escoger?

Encontrarme con textos que reflexionan sobre los caminos…

«Todas las sendas son iguales; no conducen a ninguna parte. ¿Tiene corazón este sendero? Si lo tiene, el sendero será bueno. Si no, no sirve. Ambos senderos conducen a ninguna parte, pero uno tiene corazón y el otro no. Uno significará un viaje alegre; mientras lo recorras, serás parte de él. El otro puede arruinar tu vida. Uno te hará fuerte; el otro te debilitará».

«Cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál escoger, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda. Y aguarda más aún. Quédate quieto, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve».


Con la sensación de que a veces no sé hacia dónde estoy yendo, pero con la tranquilidad de que estoy siendo guiado por mi corazón…

domingo, 24 de septiembre de 2017

¡Cómo hemos crecido!

¿Qué hacemos contigo? Te me haces mayor, ¿eh? ¿Recuerdas la primera entrada publicada? ¡Qué vértigo pensar en todo lo que hemos vivido! ¡Cómo has crecido! Bueno, rectifico, ¡cómo hemos crecido! Pero yo cada vez me siento más niño, pues tú me animas a seguir siendo un niño. Cuando estoy frente a ti me despojo de todo para sacar al auténtico. Y ahora estoy con los brazos apoyados sobre la mesa y la barbilla sobre las manos, contemplando la pantalla y recordando a la persona que nos unió con una sonrisa en la cara. ¡Qué gran sensación! Pasado totalmente sanado. Y ahora solos tú y yo, viviendo el presente. ¿Habrá más? No sé, dejemos de pensar. Vamos a salir a jugar, a celebrar, ¡feliz cumpleaños! Gracias por ser la llama que prende mi vida...


 

viernes, 22 de septiembre de 2017

La vida es un gran teatro

A pesar del cansancio que llevaba acumulado, desde la butaca del teatro no perdía detalle de sus movimientos, sus gestos, su voz, capaz de transformarla y llevarlo a sentir un mar de sensaciones, desde la euforia a la rabia. Era el hilo conductor de la obra y yo lo observaba ensimismado, con la piel erizada. Esa expresión de terror al terminar… Se apagaron las luces, se cerró el telón y me levanté con la sensación de haber visto uno de los mejores musicales...


Y después pude compartir con alguien que años atrás se ganaba la vida actuando en musicales, interpretando durante un tiempo el mismo papel del que justo me encandilé. Me contó los entresijos que se vivían en los camerinos, el tiempo que disponían entre función y función, la dificultad que conlleva no dejarte arrastrar por el personaje en tu vida diaria. «Cuando repites un personaje durante tanto tiempo, tiendes a actuar como él fuera del escenario. Ya no sabes si cualquier reacción es tuya o del personaje que estás interpretando», me decía. Vamos, creerse el personaje hasta las trancas, no saber separar entre la ficción y la realidad…


Y eso me llevó a pensar que la vida es un gran teatro y aquí todos estamos interpretando un personaje. ¿Por qué no? El mío es Ibán. La enseñanza y recordatorio era no creerme tanto esa personita de carne y hueso que responde al nombre que le han puesto. El mundo es una gran obra musical, o como dice una frase que leí ayer: «La vida es una canción y tú compones la letra».

jueves, 21 de septiembre de 2017

Es inevitable

Nada que diga puede consolar el dolor de una persona ante una pérdida inesperada. Duele, cuando llega así duele mucho más porque no te lo esperas. Un grito desgarrador se anida en tu interior y solo recomiendo soltarlo, porque yo también los he soltado. Te sientes roto, triste, abatido y solo te digo que abraces todo eso porque hay que sentirlo, hay que abrazarlo. Siempre me aferro a la frase “el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional” y por eso toca sentir ese dolor y hay que darle su espacio. Es inevitable, al fin y al cabo…

Pero sé que después de la tormenta siempre llega la calma, eso también lo sé, y aunque ahora esas palabras queden en saco roto y sean incapaces de consolarla, sé que la calma también le llegará. Las piezas del puzle se volverán a unir para seguir caminando…


Esto me ha llevado a recordar la impermanencia de todo lo que tenemos a nuestro lado. Todo es efímero, nada es eterno. Agradecer los momentos vividos y vivirlos como si fueran los últimos, porque nunca lo sabremos. Estar en paz… Te quiero, que lo sepas, a pesar de que me empujaste con tus patas y me tiraste del sofá, pero era mirarte a los ojos y conquistarme con tu mirada. Y no puedo dejar de sonreír mientras termino estas últimas líneas porque tu imagen me ha acompañado desde el principio. Allá donde estés…


martes, 19 de septiembre de 2017

Reírse ante la adversidad

No pensaba compartir este vídeo, pero en vista de que me lo han recomendado, aquí lo voy a poner, por lo menos para que se rían tanto como yo. Esa es la intención...


Y es que ante la adversidad, la risa puede ser la mejor medicina. Si te caes, te agarras de donde sea con tal de no caer del todo. Además, tenía tal resfriado encima, que remojarme en el agua helada hubiera sido catastrófico. Pero no, me enganché como un koala al tronco. ¿Y qué es lo que me hizo tambalear y caer? La duda. Perder el rumbo de mis pasos y estar más pendiente de los comentaristas que estaban al lado. Un gran aprendizaje y risas, muchas risas...

jueves, 14 de septiembre de 2017

¡Me atreví a hablar en catalán!

Como un niño con zapatos nuevos, así me sentía. Con la sensación de que sabes lo que vas a decir, pero nunca sabes cómo lo vas a decir. Con ese cosquilleo y entusiasmo por salir de la zona cómoda y hacer algo nuevo. En esta ocasión era hablar unas palabras en catalán como agradecimiento a esta ciudad. Y qué mejor que las cuatro causas de la enfermedad...

Viure la vida d'altres i no la teva propia (vivir la vida de otros y no la tuya propia)

Esperar que els altres canviïn i no ser tu mateix el que canviï (Esperar que los demás cambien y no ser tú el que cambie)

Justificar els nostres actes i els dels demés amb excuses (Justificar nuestros actos y los de los demás con excusas)

Qualsevol emoció que vivim am intensitat i que no gestionem adequadament. No expressar (Cualquier emoción que vivimos con intensidad y que no gestionamos adecuadamente. No expresar)

Eso me llevó a la esencia, a sacar a mi niño interno que quiere jugar, que quiere expresar, que pierde la vergüenza y que se lanza a hablar en catalán, sin darle demasiada importancia a si se equivoca, porque todo lo ve como una oportunidad para aprender y mejorar... Y con esa intención me tomaré la presentación en inglés, que pronto llegará...


Un cuarzo rosado con forma de corazón, eso es lo que me regalaron, que para mí simboliza el respeto y la unión que nos profesamos. Una invitación a seguir transmitiendo desde el corazón...

 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Bon dia, Barcelona!

Bon dia, Barcelona! ¿Qué tal? Por aquí muy bien. Abrí los ojos antes de tiempo y vi resplandecer la media luna en el cielo. ¡Qué maravillosa sensación la de levantarte y contemplar los regalos que te brinda la naturaleza! Y después a ultimar los detalles de la maleta. ¿Sabes qué? No me he olvidado de dejar un hueco libre porque estoy seguro de que lo llenaré de nuevas experiencias. Quiero sentir, sentir… SENTIR. Eso es lo que siempre pido, sentir. Me estoy enamorando de ti porque me dejas ser libre, me dejas fluir. Y mañana serás testigo del mensaje que espero llene de esperanza aunque solo sea a una persona. La intención está lanzada…



Dentro de unas horas nos encontraremos de nuevo y esta noche volveré a ver la luna junto a ti. Gràcies Barcelona, t’estimo molt!

martes, 12 de septiembre de 2017

¿Por dónde?

¿Por dónde es mejor pasarlas, por debajo o por arriba? Esa es la pregunta que me hicieron refiriéndose a las olas. Vale que jugar con ellas puede ser muy divertido, al menos en mi caso, porque parece que estoy en una montaña rusa sintiendo cómo el mar me levanta en peso hasta que mis pies vuelven a estar en contacto con el suelo, pero si nos sorprendiera una gran ola, desde la superficie correríamos el riesgo de ser revolcados y acabar envueltos en un gran remolino. En cambio, si nos zambullimos y metemos dentro, no correríamos esa suerte. Eso es lo que suelen hacer los surferos, hincar la tabla y bucear hasta que pase…


Y no deja de ser un símil en cuanto a profundizar y mirar hacia dentro. Por más que nos asuste cavar, en el interior está la clave de muchas cuestiones que nos podrían liberar. Solo hay que ser valientes…

lunes, 11 de septiembre de 2017

¡No tienes fundamento!

Ayer fue uno de esos días que multiplican mi entusiasmo por la vida. Hacer algo por primera vez: alquilar una moto, recibir una clase exprés y empezar a visitar los rincones de esta isla bella en la que resido. Y ese niño que llevo dentro no paraba de saltar…


-¡No tienes fundamento!-, me espetó esa vocecita que muchas veces trata de intimidarme, pero si con el miedo a la muerte sabe ya que no me puede paralizar, en esta ocasión lo intentó con el miedo a la soledad. –Tienes 36 años y pareces un niño chico. Así nadie te va a querer…-. En otras circunstancias, tal vez hubiera pegado un frenazo y me hubiese entrado la ansiedad, pero a esta ya la suelo captar al vuelo y entre risas le dije ¡GRACIAS POR PARTICIPAR!


Ah, y quiero seguir consintiendo a mi niño. Se está portando tan bien, que de vez en cuando le regalo una experiencia nueva…

domingo, 10 de septiembre de 2017

Nunca lo sabrás...

Me despierto antes de que suene el despertador. ¿Y si...? No lo sé. Me pongo a escribir y después haré la cama, una ducha con agua templada y elegiré la ropa apropiada. ¿Y si...? No lo sé. Siento que el miedo me quiere paralizar, pero que lo neutralizo antes de que se meta dentro e invada todo mi ser. Ahora solo pienso en terminar de escribir y una frase que escuché ayer me viene al recuerdo: "Nunca lo sabrás hasta que no lo hayas intentado". Por eso quiero hacerlo y con esa intención saldré de casa. 


¡Wow! ¡Acaba de sonar el despertador! Mi niño interior está loco de contento porque quiere disfrutar de la experiencia. Pues allá vamos...

sábado, 9 de septiembre de 2017

David y Goliat

En vez de contar la historia de David y Goliat, prefiero centrarme en la enseñanza y compartir esto: "Todos conocemos la historia de David y Goliat, recogida en la Biblia. Y aunque no la hayamos leído, sabemos bien lo que significa: es la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso, un recuerdo de que aunque tengamos todo en nuestra contra, siempre habrá posibilidades de salir triunfante. Es una peculiar metáfora que se ha extendido por todo el planeta, en cuanto que da forma al universal anhelo de poder decidir nuestra suerte por nuestra propia mano, sin encontrarnos sometidos a influencias externas".

  
Y precisamente eso es lo que está haciendo mi amigo David, transformándose en el gigante para vencer sus miedos y dejando con la boca abierta a los médicos. Con la certeza de que todo está en sus manos y no depende de causas externas. Y yo no puedo más que sonreír y decirle que está por el buen camino... ¡Bienvenido!

martes, 5 de septiembre de 2017

Esto va en serio...

Me dicen eso y me quedo desconcertado, pues si algo me han enseñado es a no tomarme las cosas demasiado en serio, pero también es verdad que tengo un reto por delante y no me lo debo tomar a la ligera, así que será cuestión de buscar el equilibrio para disfrutar a tope cuando llegue el gran día. Será necesario conectarse con la alegría de correr y disfrutar por el camino. Es que hablamos de 23 kilómetros… ¿Y cómo he llegado hasta ahí si el objetivo era hacer una carrera de 10 km antes de que finalizara el año? Ni idea…


De lo que sí sé es de agradecer y ayer, después de acabar mi entrenamiento, me senté en el mismo banco en el que me senté hace ya algunos años. Una vista privilegiada: copas de árboles verdes y frondosos y un azul del cielo que cubría el resto del lienzo. Y agradecí tener unas piernas con las que poder correr, vista con la que poder ver, gusto para saborear la comida, porque acto seguido iría a probar una nueva delicia, tacto con el que acariciarme… Y también agradecí hacer este reto con mi nuevo hermanito, Rubén. Esas personas que no hacen sino motivarme o que nos motivamos mutuamente. Lo cierto es que ya visualizo nuestra entrada triunfal, juntos…

viernes, 1 de septiembre de 2017

Érase una vez...

Érase una vez un chico temeroso y angustiado ante la inminente noticia de un diagnóstico devastador que, en su desesperación, un día entró en una iglesia, miró a la Virgen que presidía el altar y le pidió vivir, vivir aunque solo fueran cinco años más…

Y vivió, vaya que sí vivió. Aprendió a conocerse y a vivir de verdad. Cada día que despertaba se convertía en un gran regalo, una oportunidad que no quería dejar escapar. Sus miedos se disipaban…

Pero hace unos meses una vocecita que merodeaba por su mente lo intentó asustar: –El plazo de cinco años se cumple en agosto. Es una lástima, pero te vas a morir. ¡Qué bobo! ¡Tenías que haber pedido más tiempo! Ahora no se puede hacer nada…-, le susurraba la voz. Fue tan inesperado que lo cogió desprevenido, pero enseguida echó mano de todo lo aprendido durante esos cinco maravillosos años. Al rato se dio cuenta de que ese narrador negativo que intentaba intimidarlo nada tenía que ver con lo que realmente era. –¡Gracias por participar! No lo sé, tal vez muera o tal vez no, porque sé que algún día moriré, pero mientras voy a dedicarme a vivir. Este pensamiento no significa absolutamente nada…-, repetía sin cesar cada vez que la voz aparecía. Y lo más importante es que nunca se peleó con ella, sino que se reía con ella, entendiendo que simplemente hacía su función. Observar los pensamientos, pero no identificarse con ellos…


Llegó septiembre y este chico sigue vivo, más vivo que nunca, pero ¿se imaginan qué hubiera pasado si hubiese comprado el cuento que le querían vender? ¡Qué importante ha sido la meditación en la vida de este chico! Y colorín colorado, este cuento no ha acabado…