miércoles, 30 de agosto de 2017

Estos cinco años...

Echo la vista atrás y no puedo sino agradecer todo lo vivido durante estos cinco años. Subir dunas de arena, bailar en el desierto, no dejarme intimidar por unos monos salvajes, caminar por una selva virgen y vencer el miedo a las sanguijuelas. Viajar sin nada organizado, con una mochila a cuestas...

 Cierro los ojos y sigo recordando. Sumergirme en los fondos marinos y avistar delfines y ballenas, cruzar de una isla a otra nadando, bañarme en un río y ver un cangrejo de agua dulce, por primera vez. Todo lo que estoy nombrando son cosas que he hecho por primera vez, mi motor y fuente de energía, como caer desde el cielo y sentir que estaba volando...


¿Me voy a morir en agosto? No lo sé, solo sé dar las gracias por haber aprovechado el tiempo, ese tiempo que no podemos parar y que fluye de forma natural. Los segundos se hacen minutos y los minutos horas, las horas se transforman en días y los días en meses, que se van sucediendo hasta llegar a estos cinco maravillosos años que han pasado a través de mí para experimentar que la vida es un auténtico regalo. ¿Y qué más? Déjame recordar. Cambiar mi alimentación y probar recetas nuevas, como una mousse de chocolate elaborada con cacao y aguacate. ¡Delicioso! Escribir un libro, traducir el mismo libro, decir "no" a lo que no me apetece y decir "sí" a lo que me entusiasma y motiva. Correr, subir y bajar montañas corriendo y conocer gente nueva: malayos, japoneses, marroquíes, jordanos... Cenar con una familia jordana, bailarles la macarena y deshacer los prejuicios y creencias que me hacían sentir separado del resto. Tocar un erizo de tierra y posar sobre mis hombros una rata blanca con los ojos rojos...

¿Y dices tú que me voy a morir antes de que acabe agosto? No lo sé, gracias por participar. Prefiero seguir nombrándote las cosas que he hecho, como embadurnarme el cuerpo y la cara con pintura y atreverme a subir a un escenario y cantar, aunque sea una simple estrofa. Caminar sobre el fuego sin quemarme o sobre los cristales sin cortarme, romper flechas y tablas de madera o doblar varillas de acero. Hacer que lo imposible sea posible...


Y sigo recordando... Experimentar el cambio, darme cuenta de que he cambiado y que no todos lo han aceptado. Algunas personas que he sacado de mi entorno y otras muchas a las que les he dado la bienvenida. Coger las riendas de mi vida y tomar decisiones, asumiendo toda la responsabilidad. Soltar el drama de las historias cotidianas y, en su lugar, ver la oportunidad que detrás permanece escondida, esperando por ti para que la abras y te permitas abrazar la vida, esa vida que contagia...

¿Y dices tú que me voy a morir? ¿No será que estás aterrado porque ya no me puedes manipular? Tú bien sabes quién es el que morirá, esa vieja versión que se dejaba intimidar y no quería expresar, pero ahora siente, expresa y cuenta lo que quiere sin titubear... ¿Y qué más? Lanzarme a salir de la zona cómoda, sentir que el amor está en el aire y que quiero jugar, subirme a una de las montañas rusas más altas y veloces del mundo, descubrir nuevos rincones y viajar. ¡Pero si estoy más vivo que nunca! ¿Y si muero antes de que finalice agosto? Moriría con la alegría de recordar todo lo que he experimentado y no con la pena de que aún me quedan cosas por hacer, porque siento que todo es perfecto tal y como es. ¿Todo eso durante estos cinco años? Sí, todo eso y más, y si sigo viviendo eso es lo que querré seguir haciendo, comerme la vida a bocados y ser libre para disfrutar...


martes, 29 de agosto de 2017

Todo es relativo...

Si tal y como dicen es cierto que reírse alarga la vida, el sábado por la noche yo gané unos cuantos años. Adentrarme en un pueblo remoto de Aragón e interactuar con personas totalmente diferentes es lo que tiene, pues mientras para mí eran personas que vivían muy limitadas porque solo conocían el mundo puramente rural y no habían cogido un avión en su vida, para ellos yo era una especie de humano “raro” que no sabían de dónde había salido. Y así se lo trasladaban de forma cómplice a su tía, que es mi amiga: -¿Pero qué me has traído? ¿Que no se ha bañado nunca en un río? ¿Que no ha visto nunca un cangrejo de agua dulce? ¡Este no ha salido de la capital!-. Y así un montón de cosas más que, aderezadas con un acento maño hasta las trancas, me resultaba imposible mantener la seriedad.


Y es que todo es relativo. ¿Quién es el que estaba en la zona cómoda? Al menos yo ya he probado el entorno rural pero, ¿se atreverán ellos alguna vez a salir del confort de lo cotidiano?

lunes, 28 de agosto de 2017

¿Hubo beso?

 Ya lo dijo San Mateo: -Pedid, y se os dará-. Pedí bañarme en un río, y aunque nos tuvimos que trasladar unos cuantos kilómetros porque el más próximo estaba totalmente seco, al final nos bañamos en un río. En el horizonte se intuía una tormenta eléctrica y me dije que sería alucinante presenciarla en todo su esplendor, pues no recordaba haber visto una antes, al menos no con esa intensidad, y al final pudimos disfrutar de los rayos y relámpagos en primera fila y a resguardo de la lluvia. -¿Y qué pasa con lo que has pedido y aún no se te ha concedido?-, me suelta una vocecita charlatana de vez en cuando. Tiempo al tiempo, porque confío en que eso pasará cuando esté totalmente preparado para ello. -Buscad, y hallaréis-, también dijo San Mateo. Con la sensación de que lo que quiero existe... 

  
Y en los últimos compases de mi viaje por tierras aragonesas, hubo un momento de esos que te dejan enganchado al televisor sin pestañear, alimentando esa parte romántica que anhela un final de película. Un reencuentro bajo la lluvia, caricias en el pelo, besos castos y el sabor de lo que pudo ser y no fue. Él Lorenzo, ella Catalina, el sol y la luna que se fundían... otra vez... Y por aquí lo dejo, cada cual que escriba su final. A mí me inspiró volver al pasado disfrutando desde el más absoluto de los presentes...

jueves, 24 de agosto de 2017

Quitarnos las gafas

¿Y si nos quitamos las gafas y lo empezamos a ver de otro color? A veces solo hay que hacer eso, volver a recordar quiénes somos, quitarnos las gafas que nos alejaban de la más simple verdad y toda nuestra realidad se puede transformar… 


martes, 22 de agosto de 2017

¿Creamos nuestra realidad?

El día antes de hacer la carrera y gracias a mi hermanita gemela, se me erizó la piel al recordar un párrafo del libro Cuando abracé la vida (un canto a la esperanza). Y dice así:

«Y durante ese paseo con mi pareja le dije que me gustaría que la sanación dependiera de mí, porque si hacía todo lo que estuviera de mi mano, volvería a estar sano. –Ojalá haya un decálogo de cosas para hacer con tal de sanar. Sería capaz de subir el Risco de Famara cien veces si hiciera falta; sería capaz de dejar de comer aquello que tanto me gusta; sería capaz… de todo con tal de sanar–, le comenté. Le pedí a Dios que me ayudara porque yo quería sanar, que me diera fuerzas porque quería llegar hasta el final. Hoy sé que esa petición dio sus frutos porque, aunque no fui consciente en ese momento, al día siguiente todo comenzó a cambiar…»



¿Creamos nuestra realidad? Hasta el sábado por la tarde no fui consciente de todo lo que había prometido y se ha cumplido, pues un cambio de alimentación llegó a mi vida y mi plato favorito dejó de existir, y al día siguiente tenía ante mí el reto de subir el Risco de Famara. Por eso lo hice con motivación y entusiasmo, como tributo y agradecimiento a estar sano. Y solo me queda por añadir que estoy dispuesto a todo con tal de seguir sano…


lunes, 21 de agosto de 2017

"Esrengao" TOTAL

Esa expresión canaria que utilizamos cuando tenemos el cuerpo molido o con alguna parte dolorida: estar “esrengao”. Pues así es como me siento después de haber hecho ayer la carrera “Famara Total”, con agujetas y alguna que otra ampolla en la planta de los pies, pero no solo me siento “esrengao”, sino que también me siento motivado, entusiasmado y lleno de vida por haber superado un límite que jamás me imaginé alcanzar.


Ayer coroné ese macizo que tantas otras veces me ha cobijado, ayer subí con constancia y bajé con precaución para no quedarme por el camino y llegar hasta el final, aunque he de reconocer que el último kilómetro se me hizo un pelín largo, pero la recompensa era llegar a la meta y estar tus amigos esperándote…


Y ayer, antes de la salida, recordé un maravilloso mantra que compartí con mi compañero de fatigas: «Confío plenamente en mi fortaleza. Quiero, puedo y lo hago». Pues sí, queríamos, podíamos y lo hicimos, disfrutando del camino…


viernes, 18 de agosto de 2017

¡Van como locos a por ella!

Es raro el perro que no se inmute cuando alguien le lanza una pelota o una piedra. ¡Van como locos a por ella! Pues algo parecido es lo que hacemos los humanos con los pensamientos. A la mínima que estos aparecen, ya nos enganchamos a ellos…


¿Y qué tal si nos sentamos y los observamos? En eso consiste la meditación, en observar los pensamientos sin identificarte con ellos. Quitarles su significado…

jueves, 17 de agosto de 2017

Dice que estuvo muerto

Después de casi 60 días, por fin salió del hospital y ahora le espera una nueva oportunidad. ¿Será capaz de no caer en la tentación de los hábitos tóxicos y se conectará con la alegría que cada momento le pueda aportar? Yo quiero confiar…

Pero antes de salir del hospital se produjo una conversación entre mis padres en la que yo era un mero espectador sonriente. Y así fue como empezó el diálogo, porque mi padre me vio sonreír mientras lo miraba…

Padre: Ah, ¿te ríes? Si a ti te pasara lo mismo que yo…
Madre: Bueno, él también pasó por lo suyo.
Padre: Sí, pero no es lo mismo.
Madre: Quizás lo de él fue peor.
Padre: No, yo estuve muerto.

Y con esa última afirmación de mi padre no pude sino reírme una vez más, además de sentir curiosidad por lo que pudo experimentar, pero no se acordaba de nada. El hombre presumía de haber estado “muerto”. Era una especie de “lo mío es peor que lo tuyo”, un “yo más que tú”. El victimismo se apoderaba una vez más de él, sintiendo un miedo extraño cada vez que tenía una mínima posibilidad de salir del hospital. Y así se lo transmití, que tenía miedo. Esas cuatro paredes se habían convertido en su “zona de confort”, pues aunque una parte de él quería salir de allí, la otra sabía que fuera del hospital tendría que tomar las riendas de su vida y empezar a emprender acciones, asumiendo toda la responsabilidad. Y sí, quiero confiar en que aprovechará esta segunda oportunidad…


Y a propósito de muertes, ya sé quién es el que morirá en agosto. Cosas mías que algún día contaré, jeje!

miércoles, 16 de agosto de 2017

Un golpe sobre la mesa

Fue necesario, dar un golpe sobre la mesa y marcar límites, reclamando el valor que merezco. Si yo no sé el valor que tengo, difícilmente lo puedo trasladar a los demás, pero si lo tengo claro lo puedo comunicar con asertividad. Y aunque el mundo entero caiga desplomado en el suelo, si la acción que emprendo me aporta paz y no me comprime el pecho, que se caiga el mundo entero, pero eso es lo que seguiré haciendo, actuando con coherencia. Al menos lo intento...


Y después del golpe certero, todo irá fluyendo...

jueves, 10 de agosto de 2017

La prioridad más absoluta

Ver la cara de mi padre sonriendo tras haberse duchado, después de más de una semana sin moverse de una cama. Esos pequeños detalles que rara vez agradecemos y que tanto los echamos en falta cuando nos vemos incapacitados. Hoy ha tenido la fortuna de ser consciente de ellos, hoy se ha podido mover, ha podido sentir el frescor del agua sobre su piel, ha podido agradecer, incluso se ha vestido de paciencia. Pronto saldrá del hospital, pero cuando tenga que ser, será...


Me apetecía escribir y no sabía qué escribir, pero observar esa sonrisa que adornaba la cara de mi padre me ha recordado que la salud es lo más importante, la prioridad más absoluta. Y por eso escribo, para recordarme y agradecer que puedo ver, que puedo oler, que puedo comer, saltar, caminar, llorar. Puedo escribir y no me quiero olvidar jamás de que la vida es sentir...

miércoles, 9 de agosto de 2017

La paciencia

-Ten cuidado con lo que pides-, me dijeron. Y es que pedí paciencia y la vida me regala situaciones para ser paciente, nada menos que un atasco a medianoche en medio de la autopista. Aunque la compañía fue inmejorable...


A parte de ser la madre de todas las ciencias, Joyce Meyer dice que "la paciencia no es simplemente la capacidad de esperar - es cómo nos comportamos mientras esperamos -". Y otra frase que he encontrado es que "la paciencia es el arte de la esperanza", de Luc de Clapiers. Esperanza de que el libro en inglés estará listo a tiempo y confianza en que todo, absolutamente todo, saldrá adelante. Y si no, me acojo a mi frase estrella: "Al final todo sale bien, y si no ha salido bien, es que todavía no es el final".

lunes, 7 de agosto de 2017

Antibiótico

Nunca me había planteado qué significa la palabra antibiótico. Según su etimología nos dice que proviene del griego αντί, que significa el prefijo “anti o en contra” y βιοτικός, que significa “dado a la vida o con la vida”. Curioso, ¿no? 


Y por aquí una alternativa: ¿Cómo me sentiría en este momento si me olvidara de mí y de mi historia?

sábado, 5 de agosto de 2017

Mi padre está...

Las preguntas que más me formulan últimamente son: ¿Cómo está tu padre? ¿Está tu padre mal? Y observo y compadezco a mi madre y mi hermana, que agotadas no paran de coger sus teléfonos y recitar todo el diagnóstico médico. Aunque agradezco la atención, muchas veces me entra una pereza total y no me dan ganas de contestar, pues si algo me han enseñado es a salir de círculos negativos y no entrar en el juego de crear drama y sufrimiento. Mi padre está... Punto, no voy a decir más, ni bien ni mal, porque en cierta manera lo estoy viviendo de una forma neutra y no lo estoy viendo ni bien ni mal. ¿Se va a morir mi padre? Sí, algún día, y tú también, que me estás leyendo, no vayas a creerte que tienes el don de la immortalidad. Todos vamos a dejar este mundo algún día, incluso este que está escribiendo.

O sí, voy a eliminar los puntos suspensivos y me lanzaré a decir que mi padre está vivo, lleno de vida, pues así lo siento. Solo debe confiar en su fortaleza y emprender una nueva etapa llena de cambios. ¿Ahora bien, estará dispuesto a aceptar los cambios y vivirlos con entusiasmo? Se necesitan buenas dosis de valentía y solo puedes proponer, pero no imponer. Si así lo decide, seguiré estando pendiente de él, al otro lado del puente, para animarlo a cruzar y que venza sus miedos...


Y otra cosa más que me apetece compartirles es la relación tan sana que tengo. Mirarlo a los ojos y verme por dentro... Sin secretos...

viernes, 4 de agosto de 2017

Marcar límites

Ayer me recordaron la cara que puse la primera vez que escuché a alguien decir que este mundo no era real. La boca casi me llega al suelo y los ojos se me abrieron de par en par, mirando atentamente a aquel que lo estaba contando. Risa de incredulidad, pero una parte de mí quería saber más, quería mirar más allá...


Sentirse ilimitado, pero marcar límites. Parecen contradictorias, pero se pueden complementar perfectamente, pues es necesario establecer límites sobre todo en las relaciones que estableces en este mundo. En esas estoy, cada día se aprende...

miércoles, 2 de agosto de 2017

Colapso

Antes las cogía al vuelo y las engullía, da igual del tipo que fueran. Me revolcaba con ellas como si no hubiera un mañana y aspiraba su aroma hasta repugnarme. Me embadurnaba con la ira, rabia, tristeza o angustia hasta intoxicarme y exhalar mi último aliento. Y al día siguiente más de lo mismo...


Estos días de colapso he querido jugar con ellas, tener las ganas de expresarlas pero no creérmelas. He soltado la ira, la rabia, el enfado, la desconfianza... Todas han desfilado de dentro hacia fuera, me he vaciado, está siendo sano y necesario. Antes las tragaba y ahora las escupo, no me quedo con nada dentro... He tenido ganas de decir "¡qué mierda!" y he gritado "¡qué mierda!" a los cuatro vientos. Y me he reído al observarlo. Incluso he tenido ganas de dar una torta, una torta virtual, como yo las llamo, pero al final la vida se ha adelantado. Mi hermanita gemela me dijo hace unos días que venimos a este mundo a vivir y a sentir las emociones, del tipo que sean, y aquí estoy con los brazos abiertos sintiendo...