Aunque más bien fue una decisión vital que provocó un cambio brutal. Eso
fue lo que hice, dar un golpe certero sobre la mesa y dejar atrás el papel de
cuidador y segundón, porque a partir de ese momento sería definitivamente el
protagonista indiscutible de mi vida.
Me di la vuelta en la cama y allí estaba el mensaje del cuadro
esperándome. ¡Sé libre!, me transmitía. Entonces cogí el timón y con decisiones
coherentes empecé a hilvanar el tejido de mi libertad. El dolor, la nostalgia y
la tristeza aparecieron, todos esos sabores se entremezclaban, pero también
paz, porque escuchaba mi corazón y sentía paz.
Lo había entregado todo, ya no quedaba más por vaciar. Entonces fue
tiempo de volver a llenar, de compensar. Por eso desaparecí de lo antiguo sin
previo aviso. Algunos no lo entendieron y otros con el paso de los meses lo
comprendieron. ¿Me daba igual? Al principio no, pero me lo tomé como un ejercicio
para dejar de importarme lo que opinasen los demás. El silencio calmaría las
aguas y pondría las cosas en su lugar…
Inicié mi camino arrastrado por la certeza de lo que sentía que debía
hacer para sanar, y lo hice acompañado de mis dos aliados, el perdón, que me
liberaba del rencor, y los miedos, mis grandes amigos que me motivan a hacer
locuras que jamás imaginé, porque me estoy proponiendo hacer lo contrario de lo
que me intentan convencer. Por eso me encantan y ya no me peleo con ellos. Les
agradezco tanto…
Y también le agradezco tanto, sigo agradeciéndole tanto, desde la
cercanía, desde la distancia, desde sus miedos, desde todos los ángulos
posibles, porque encontrar un espejo así que te ayude a comprender quién eres
realmente, es una fortuna que jamás olvidaré.
Y termina el año, un año repleto de retos y grandes proyectos que ni en
mis mejores sueños me hubiera imaginado haciendo: nadar travesías, escribir el
libro… ¡Quién me lo iba a decir! Y seguiré perdonando, sobre todo a mí mismo,
que a veces me olvido, y agradeciendo, a partes iguales, equilibrando. ¿Y qué
está por venir? Ni idea, pero lo que venga será una gran oportunidad para aprender
y seguir siendo un niño, feliz.