O tal vez no tanto, simplemente me desnudo, a través de mis palabras, mis gestos, mi cara... Dicen que la cara es el reflejo del alma. Un libro abierto lleno de letras que forman palabras y las palabras a su vez se unen para transmitir que tengo ganas, y cuando otros me leen también tienen ganas, ganas de vivir, ganas de sentir...
Y ayer, mientras estuve viendo la película Vaiana y un escalofrío recorría todas las carreteras de mi piel, me recordó eso que a pesar de los miedos quiero hacer. Está ahí, latiendo en mí, esperando el instante en que me llegue la certeza de que es el momento exacto para hacer esa cosa nueva que me asusta y entusiasma. Los miedos son ahora aliados que me motivan a hacer locuras que jamás imaginé...
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