¿Y qué más da si no me entienden? ¿Y qué más da si juzgan lo que hago?
¿Tiene razón la mayoría? No sé, hace tiempo que dejé de plantearme quién tiene
razón. La abandoné porque me aportaba más penas que alegrías, y cansancio,
agotamiento extremo por perseguir sin éxito que otros me entendieran. ¡Al
carajo! Lo suelto…
Muchas veces voy en dirección contraria y déjenme decirles que a
veces siento la emoción de palpar ese viento en contra. ¿Qué más da ir en contra si hago lo
que siento, lo que me sale de dentro? Lo importante es seguir tu intuición, ser
fiel a tu ser. ¿Y los que van en masa hacia el otro extremo lo hacen por
convicción o porque simplemente siguen unos patrones marcados por la sociedad? Si
es así, párate a reflexionar…
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