A veces no nos queda otra que rendirnos a la vida, cerrar los ojos
suavemente y agarrarnos a la certeza de que queremos seguir viviendo con todas
nuestras fuerzas. Enraizarnos en la tierra para no despegarnos y confiando
ciegamente en que sea lo que sea será para nuestro máximo beneficio. Queremos
vivir, ese es nuestro lema, pero no para luchar sino para aprender y disfrutar
con todo lo que llegue. Queremos vivir…
Sí, esto va también por ti, mi querida Anabel, que sé que siempre estás
pendiente de lo que escribo porque te hace vivir, naciendo en ti un sentimiento
de paz. No hay lucha, solo aceptación y ganas de vivir. Gracias por las
lecciones que nos das…
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