miércoles, 28 de diciembre de 2016

El año de los cambios

Aunque más bien fue una decisión vital que provocó un cambio brutal. Eso fue lo que hice, dar un golpe certero sobre la mesa y dejar atrás el papel de cuidador y segundón, porque a partir de ese momento sería definitivamente el protagonista indiscutible de mi vida.

Me di la vuelta en la cama y allí estaba el mensaje del cuadro esperándome. ¡Sé libre!, me transmitía. Entonces cogí el timón y con decisiones coherentes empecé a hilvanar el tejido de mi libertad. El dolor, la nostalgia y la tristeza aparecieron, todos esos sabores se entremezclaban, pero también paz, porque escuchaba mi corazón y sentía paz.

Lo había entregado todo, ya no quedaba más por vaciar. Entonces fue tiempo de volver a llenar, de compensar. Por eso desaparecí de lo antiguo sin previo aviso. Algunos no lo entendieron y otros con el paso de los meses lo comprendieron. ¿Me daba igual? Al principio no, pero me lo tomé como un ejercicio para dejar de importarme lo que opinasen los demás. El silencio calmaría las aguas y pondría las cosas en su lugar…

Inicié mi camino arrastrado por la certeza de lo que sentía que debía hacer para sanar, y lo hice acompañado de mis dos aliados, el perdón, que me liberaba del rencor, y los miedos, mis grandes amigos que me motivan a hacer locuras que jamás imaginé, porque me estoy proponiendo hacer lo contrario de lo que me intentan convencer. Por eso me encantan y ya no me peleo con ellos. Les agradezco tanto…

Y también le agradezco tanto, sigo agradeciéndole tanto, desde la cercanía, desde la distancia, desde sus miedos, desde todos los ángulos posibles, porque encontrar un espejo así que te ayude a comprender quién eres realmente, es una fortuna que jamás olvidaré.


Y termina el año, un año repleto de retos y grandes proyectos que ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado haciendo: nadar travesías, escribir el libro… ¡Quién me lo iba a decir! Y seguiré perdonando, sobre todo a mí mismo, que a veces me olvido, y agradeciendo, a partes iguales, equilibrando. ¿Y qué está por venir? Ni idea, pero lo que venga será una gran oportunidad para aprender y seguir siendo un niño, feliz.


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