Me despierto al alba y al instante me doy cuenta de que el día ha llegado. Intento no pensar demasiado, pero los mensajes que me llegan me lo siguen recordando, la cuenta atrás ha finalizado. Pero un curso que parece hablarme entre líneas me invita a dedicar este día a la serenidad en la que la vida quiere que esté. El día ha llegado, la luz ha llegado...
Antes de salir siempre pido que sea él el que hable, que mi corazón tome la palabra y hable, sin guión, sin pensar, sin planear, solamente que se rinda a la improvisación y hable. Hoy será un día único e irrepetible y lo quiero disfrutar como tal, sin olvidarme de que todos los días serán también así, únicos e irrepetibles. Que se haga tu voluntad...
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