«¡Ya falta
poco para la fiesta!», eso es lo que bien podría estar diciendo mi niño
interno. Y es que su entusiasmo y ganas crecen por momentos. A estas horas de
la mañana, no sabe qué ropa se pondrá ni qué personas lo acompañarán, ni
siquiera sabe de qué forma empezará ni qué palabras utilizará. Pero sí tiene
clara una cosa, el mensaje, y se centrará en transmitirlo de la forma más clara
posible. Eso es lo verdaderamente importante. Todo lo demás, lo dejará en manos
de la improvisación para que las sorpresas se sucedan. Incluso él sueña con
recibir muchas sorpresas…
Y por aquí dejo
un adelanto de lo que podrán escuchar
mañana (entrevista entre los minutos 64’ 07’’ y 92’ 22’’). Hasta mañana…
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