A veces es
más sencillo de lo que parece y mi amigo Manu nos lo volvió a recordar en el
taller de meditación. Si estás vivo y puedes respirar, tienes todo lo que
necesitas para ser feliz. Y si encima tienes la voluntad de querer ser feliz,
ya tienes medio trabajo realizado.
Y el fin de
semana también disfruté de la fiesta “Holi”, que en la India se hace para
celebrar la llegada de la primavera y también, según el hinduismo, simboliza la
victoria del bien sobre el mal. Era algo nuevo, por primera vez, lleno de color,
así que no me costó decidirme a ir…
Nos dijeron
que los colores saldrían con facilidad, pero de eso nada, pues después de
varios “restregones” aún tengo las manos moradas. Y fue genial disfrutar de la
experiencia sin saber que nos costaría tanto limpiarnos, porque de lo contrario
hubiera estado con miedo a que me ensuciaran, así que tiré y me tiraron polvos
por todos lados. Mi madre me dijo que parecía un niño chico y de eso se trata,
¿no?
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