Me gustó el
símil que utilizó mi hermana gemela sobre la colmena y por eso me he animado a
escribir sobre ella. Esta es como si fuera nuestra mente y la función del
apicultor, o sea tú, es tratar de
cuidarla con esmero. ¿Y qué hay dentro de ella? Una colonia de abejas que bien
podrían representar a los pensamientos. Desde fuera parece que todo está en
perfecto orden, pero por dentro los pensamientos hacen su función. ¿Por qué
tenemos unas abejas y no otras? ¿A qué tipo de abejas alimentamos más? Si de vez
en cuando sale alguna abeja descarriada, con la observación y prácticas de
meditación intentaríamos restaurar la armonía general. El problema es cuando
hay una sacudida intensa y salen todas volando, incluso muchísimas más de las
que jamás nos hubiéramos imaginado. Un caos en toda regla…
Pero las
situaciones caóticas son necesarias para que después emerja la comprensión y
sanación. Sacudir la colmena sería similar a tocar las emociones y mirar hacia
dentro para sacarlo fuera, donde había una aparente tranquilidad. En eso
consiste la sanación, en tocar las heridas y permitirlas brotar para que sanen,
aunque eso suponga un caos para el apicultor, pero este no debe matarlas sino
cuidarlas, aceptarlas y permitir el caos hasta que regresen a su lugar y llegue
nuevamente la calma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario