jueves, 16 de marzo de 2017

¿Un qué? Un abrazo consciente

Yo: A ver, ¿tú quieres que te dé un abrazo consciente?
Papá: ¿Un qué?
Yo: Un abrazo consciente.
Papá: ¿Y qué es eso?
Yo: Ven, que te lo explico.

Entonces lo puse frente a mí, le cogí las manos y empecé a decir:

Yo: Mírame a los ojos y ahora, cuando nos abracemos, siente como si te estuvieras abrazando a ti mismo…


Y ya no pude decir nada más, porque la cara de mi padre era un auténtico poema al no entender nada. Si a eso le sumamos que mi madre estaba sentada en el sofá exclamando “¡Ay Dios!” y mi hermana también estaba presente partiéndose de la risa al presenciar semejante escena, hizo que mi padre y yo también nos riéramos y aprovechó para huir despavorido porque no veía nada claro lo del abrazo. Vamos, que a pesar de no abrazarnos me divertí un montón y terminé dándole un coscorrón para que se conectara con la alegría de su corazón. 


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