No sé si porque estuve hablando del ave Fénix o porque está saliendo esto
que está floreciendo en mi interior, lo cierto es que la catarsis vivida ayer
fue descomunal, arrebatadora, descontrolada. Sólo sentía ríos de vida fluyendo
por mis venas, alimentando mi vida de vida, ahogando las palabras porque me
quedé sin ellas, igual que cuando sientes una gratitud absoluta, que sobra toda
explicación de por qué estás agradecido. Simplemente lo sientes, simplemente
eres.
Hoy me adelanto y quiero hacer un regalo, escuchar esta canción que estoy
escuchando mientras tecleo para intentar expresar lo que siento, aunque hay
ocasiones en que las palabras no pueden alcanzar la verdad, esa verdad que
experimento. Y queda media vida o la vida entera para seguir
descubriendo esto que estoy sintiendo, esto que está renaciendo. Y queda
media vida o la vida entera, porque pensamos que estamos vivos para morir,
pero no hemos descubierto que estamos muertos para vivir. Gracias…
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