lunes, 9 de mayo de 2016

El ave Fénix

Muy interesante y con ganas de volver a ver la exposición de pintura de José Antonio Manchado, que del 5 al 28 de mayo estará abierta al público en la Sala de Exposiciones de la Ermita de Tías. Según acertadas palabras de un amigo, “el pintor se quitó de en medio para que hagas esa pintura tuya y tú te hagas de ella, para que sientas más allá de lo descriptible, para que sólo sientas”.

Esta imagen me recordó al ave Fénix que llevo dentro…


“El fénix es un ave mitológica del tamaño de un águila, de plumaje rojo, anaranjado y amarillo incandescente, de pico y garras fuertes. Se trataba de un ave fabulosa que se consumía por acción del fuego cada quinientos años, para luego resurgir de sus cenizas.

El mito del ave Fénix, alimentó varias doctrinas y concepciones religiosas de supervivencia en el más allá, pues el Fénix muere para renacer con toda su gloria. Según el mito, poseía varios dones extraños, como la virtud de que sus lágrimas fueran curativas, fuerza descomunal, control sobre el fuego y gran resistencia física. En el Antiguo Egipto se le denominaba Bennu y fue asociado a las crecidas del Nilo, a la resurrección y al sol. El Fénix ha sido un símbolo del cuerpo físico y espiritual, del poder del fuego, de la purificación y la inmortalidad”.

Estoy en un momento en el que siento. Es verdad que a veces no sé lo que siento, pero quiero seguir sintiendo, con el corazón abierto…

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