Tengo claro hacia dónde quiero ir aunque no sé lo que me espera. Por más
que intentara volver hacia atrás y seguir como estaba, hay una fuerza descomunal
que me impide retroceder. Es como si me empujara inevitablemente hacia lo
desconocido, allá donde la magia de lo incierto está esperándome con los brazos
abiertos. Me siento protegido, abrazado. Por eso digo que esta imagen no me representa, si acaso me
representaba cuando las dudas me atesoraban, pero ahora no me siento identificado
con ese personaje que no sabe qué camino escoger. A pesar de la nostalgia y de
los miedos por la incertidumbre, sigo caminando confiando en mi corazón…
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