Me encanta la
sensación de escribir el
libro, un proceso que se va cociendo a fuego lento y que estoy disfrutando como
un niño, como aquel niño que se comía su helado a bocados en la playa de
Melenara, en Gran Canaria, sin importarle que se manchara y recogiendo los
trozos que se le caían al suelo para llevárselos otra vez a la boca. No lo
chupaba, lo masticaba. Así me siento, saboreando todos los detalles y encajando
cada una de las partes, entusiasmado con cada paso que doy para llegar al
resultado.
Me encanta la
sensación que tengo al
realizar este proyecto y sacar mi talento, porque todos tenemos un talento,
algo que nos apasiona, que hacemos de forma natural y sin esfuerzo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario