Pues no sé si evito estar solo o es que la vida no me deja estar solo. Lo
cierto es que cuando estaba durmiendo anoche abrazando la nostalgia, recibo una
llamada que hizo que saliera rápidamente de la cama. La ocasión lo merecía,
estar con mi compañera y amiga, esa que tantas veces ha estado acompañándome
cuando yo lo necesitaba. Como he comprendido durante este proceso, al final la
vida es un baile, te está bailando y tú te dejas llevar. Yo no llamé, me
llamaron y salí pitando...y lo pasamos genial, aunque fuera en un hospital.
Y no pasó nada grave, solamente un resbalón que se curará con reposo, amor y
aceptación…
He dormido cuatro horas, pero estoy cargado de suficiente energía para
disfrutar del día. Un abrazo y feliz largo fin de semana…
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