jueves, 14 de abril de 2016

¡Qué bien se vive en la ignorancia!

Soy un ignorante y disfruto de la experiencia de no saber. Me revuelco con mi ignorancia y descanso del esfuerzo de intentar saberlo todo. ¡Qué bien se vive en la ignorancia!

Y por aquí comparto algo sobre la vida de Sócrates…

“Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aún cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él. Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo y comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la propia suya. Eso lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas. Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó “ironía socrática”, la cual queda expresada con su célebre frase “sólo sé que no sé nada””.



Pues sí que es una buena filosofía eso de vivir sin creer que sabes, vivir sin saber absolutamente nada…

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