Esta es mi fuente de inspiración…
Un niño feliz, valiente, que le encantaban las montañas rusas y
disfrutaba con el vaivén de las subidas y bajadas. Un niño libre, sin temores,
dispuesto a comerse el mundo lleno de experiencias. Ese es el niño que fui y
siento que ahora estoy más cercano, porque tal vez he desaprendido todo lo
aprendido hasta volver a encontrarlo…
Mirando su cara risueña estoy vaciando las últimas palabras en el libro que
está por venir…
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