Lo mío es el estilo libre, nadar con la mirada puesta al frente, aunque
no está de más mejorar la técnica de espalda. Lo cierto es que cada vez que lo
intento el cuerpo tiende a hundirse y trago agua, y ayer me dio la risa porque
recordé mis años de niñez, cuando se hundía la chalana en la playa y cómo achicábamos
el agua con botellas de plástico cortadas por la mitad, trapos o esponjas…
Claro que sí, el barco podría estar hundiéndose, pero si empezamos a
achicar el agua conseguiremos sacarlo a flote. Sí, con voluntad siempre
saldremos a flote…
No hay comentarios:
Publicar un comentario