Siempre acabo nombrando a José Antonio Manchado y su libro Sea más feliz que el Dalai Lama cuando
voy a presentar el mío, es inevitable y además lo hago con mucho orgullo. Ayer
lo presenté en la Escuela Universitaria de Turismo de Lanzarote y tal y como apostilló
Eva Crespo, la directora del Centro, ambos estudiamos en la misma escuela
aunque en diferentes años.
¿Y cómo empecé la charla? Diciendo a la gente que siempre me pregunto «¿Y
ahora qué digo?» y acto seguido caigo al corazón y dejo que surja la improvisación.
Y comencé diciendo que quizás la historia del libro empezó en la Escuela de
Turismo, justo en la misma aula en la que estábamos hablando, pues cinco años
atrás era yo el que estaba en un pupitre sentado, ajeno a las señales que la
vida me estaba enviando hasta que me dio tal bofetón que me dejó tumbado en la
cama de un hospital nada más acabar el curso de adaptación al Grado en Turismo.
Pero cuando llegué a casa, una coincidencia más me vino a la memoria. Fue
en la escuela donde mi angelito de la guarda conoció a José Antonio Manchado
porque fue a impartir una charla. Ella lo conoció, experimentó y después me lo
recomendó. En ese lugar se fraguó todo para que nuestros caminos se
cruzaran…
Siempre digo que si hay una sola persona a la que le puedan ayudar mis
palabras, habrá merecido la pena, y si no tampoco pasa nada porque me recuerdo
a mí mismo todo lo aprendido. Como siempre, una delicia compartir mi
experiencia…
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