Después de la Feria del Libro ha tocado disfrutar de uno de mis regalos de cumpleaños por adelantado: Port Aventura. Y de entre todas las atracciones, sin lugar a dudas me quedo con el Shambhala, la segunda montaña rusa más alta de Europa con 76 metros de altura y también tiene la segunda caída más alta del continente europeo con 78 metros. Esas subidas y bajadas tan pronunciadas te dejan literalmente con el cuerpo suspendido en el aire durante al menos unos escasísimos segundos y allí, en ese preciso momento, volví a recordar que la vida es eso, confiar, dejarse llevar y soltar el control, por lo que terminé extendiendo los brazos al aire y gritando de agradecimiento. Y mi niño interior se sentía como en el paraíso...
Y esta no será la única parada que haga...
Y esta no será la única parada que haga...
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