miércoles, 26 de abril de 2017

Día 1: La llegada

Ya dije que Barcelona no sería mi única parada y ayer comenzó mi aventura por Marruecos. Es más, voy a empezar ahora mismo a escribir mi historia...


Día 1: La llegada (Martes, 25 de abril)

Caos a la salida del aeropuerto de Fez porque todos los taxistas te daban un precio diferente, pero gracias a la información recibida en la Oficina de Turismo nos pudimos orientar, porque no teníamos ni idea de dónde estaba el hotel ni si el aeropuerto estaba muy alejado de la ciudad. Últimamente sé muy poco del lugar al que viajo y déjenme decirles que me encanta viajar así, sorpresa total. Por eso nos reímos cuando por el camino alguien nos propuso ser nuestro guía para el día siguiente. Si ni siquiera sabíamos dónde estábamos, mucho menos sabíamos qué haríamos nada más despertarnos. También nos enteramos por el camino que el taxi no podría llegar directamente al Riad por estar ubicado en el interior de la medina donde los vehículos no pueden entrar, pero la amabilidad de la gente nos resolvió ese inconveniente y nos vinieron a recoger a pie. 

Y después de que el dueño del Riad nos recogiera y nos invitara a un delicioso té con menta mientras nos preparaban la habitación, delante de varios huéspedes de diversas nacionalidades nos volvimos a estallar de la risa imaginando que este viaje que recién comenzaba no lo podríamos hacer con cualquiera. A más de uno le hubiera dado algo sabiendo dónde estábamos, o más bien, sin saber dónde estábamos, porque seguíamos sin tener ni idea. En cambio, yo cada vez disfruto más con la sensación de no saber nada...

¿Y qué cenamos en nuestra primera noche? Un delicioso bocadillo de tortilla con alcachofas que nos había preparado nuestra amiga Tere de Barcelona, a la que dejamos más feliz de como nos la encontramos. Y de eso se trata, de aportar bienestar y felicidad con tu presencia...

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