(Jueves, 27 de abril)
Para llegar a Casa Blanca cogimos un tren desde Fez y, para asegurarnos un asiento, compramos los billetes en primera clase, lo que nos hizo ir la mar de cómodos pero no impidió que el tren se quedara parado en medio del camino. Como aquí hablan árabe o francés y nosotros español o inglés, por medio de un dibujo tan sencillo nos explicaron que se trataba de una avería en el tendido eléctrico, así que después de unos cuantos minutos lo solucionaron y siguió el tren su rumbo. Dibujar como niños rompe las barreras de los idiomas. Me encantó escuchar la bocina de la locomotora y también descubrí asombrado que el desagüe del baño da directamente a las vías del tren. Era un tren de primera...
Para llegar a Casa Blanca cogimos un tren desde Fez y, para asegurarnos un asiento, compramos los billetes en primera clase, lo que nos hizo ir la mar de cómodos pero no impidió que el tren se quedara parado en medio del camino. Como aquí hablan árabe o francés y nosotros español o inglés, por medio de un dibujo tan sencillo nos explicaron que se trataba de una avería en el tendido eléctrico, así que después de unos cuantos minutos lo solucionaron y siguió el tren su rumbo. Dibujar como niños rompe las barreras de los idiomas. Me encantó escuchar la bocina de la locomotora y también descubrí asombrado que el desagüe del baño da directamente a las vías del tren. Era un tren de primera...
Y después de llegar a Casa Blanca, que de blanca tiene my poco, almorzamos en el Mercado Central para posteriormente ver el mar. La Mezquita de Hassan II resultaba imponente tras la avenida acantilada...
Para no perder la costubre, no teníamos nada preparado salvo localizar la Patisserie Bennis Habous. Para mí, que evito el azúcar refinada, elegí unos deliciosos pasteles con miel que anoche cené. Una linda zona para pasear...
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