miércoles, 12 de abril de 2017

Acabé regalándole un libro

La meditación me ha cambiado la vida. Ser capaz de escuchar esa voz que te intenta asustar y darte cuenta de que tú no eres eso, no tiene precio. El otro día me enviaron un mensaje para adelantarme la cita médica y la mente aprovechó tal circunstancia para hacer su función, crear conflicto. En cuestión de segundos aparecía un pensamiento advirtiéndome de que tal vez me adelantaban la cita porque habrían encontrado algo grave y no podían esperar para comunicármelo, haciendo un montón de conjeturas y suposiciones sobre qué es lo que me dirían. «¡Se te va a acabar la tontería!», se atrevió a soltarme, cosa que me sorprendió y me hizo sonreír a partes iguales, por semejante ocurrencia, pero no le contesté para no darle poder. Opté por observarlo y tomar distancia, incluso me compadecí de ella por estar aterrada. «No sé, lo que tenga que ser será», y con esas amables palabras evitas entrar en una conversación que nada beneficioso te aportará…


Y ayer fui a la consulta y acabé regalándole un libro a la nueva doctora. –Para que conozcas mi historia-, le dije sonriendo. Y después entró el doctor amor, aquel que sigue pendiente de mí y que se pone colorado cada vez que lo nombro así, y todos acabamos hablando de sueños y viajes. Sigo abrazando la vida…

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