lunes, 25 de julio de 2016

Uno de los lugares más emocionantes

Me encantó que describieran el aeropuerto como uno de los lugares más emocionantes. En él confluyen las llegadas y salidas y cada uno lo vive a su manera. Alegrías por el recibimiento o tristezas por la despedida; llantos por el reencuentro o exaltación por la partida. Sea lo que sea, mueve un sentimiento puro, espontáneo, y tal vez por eso siempre me he sentido como un pez en el agua cuando estoy en un aeropuerto.



El viernes llegué con ganas de darnos valor y ayer regresé custodiando un gran tesoro en mi mochila, el libro, que se convertirá en mi máxima prioridad durante esta semana. También me despedí, me despedí de una antigua versión, quizás, porque cada día que pasa vamos dejando atrás una vieja copia de nosotros mismos. Al avión subió otro distinto, con más comprensión…

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