Esta es la tercera semana que combino la natación con el gimnasio y las
agujetas no han dejado de aparecer, las agujetas y la risa, porque también me
da risa no poder con las máquinas de ejercicios. Aún quitándole todo el peso
extra, hacer una serie se me hace interminable y acabo agotado, sudando por
todos los poros de mi piel.
Eso sí, la experiencia está resultando un tanto diferente de otras ocasiones pasadas en las que intenté ir a un gimnasio, y es que voy a mi bola, con el único fin de hacer un poco de ejercicio para reforzar piernas y brazos. Por poco que haga, bien hecho estará. Además, tengo un buen equipo apoyándome, tanto mi compi que me motiva a ir sumando cada día un poquito más con el fin de llegar mejor preparado, como los monitores que me siguen asesorando. A todos ellos gracias. Y como dice mi buen compañero, después de este reto ya se encargará de proponerme un reto mayor, lo que me recuerda a aquello que me dijo Pepa una vez, que hace una lista con 10 cosas que quiere lograr, pero que según las va consiguiendo, sigue llenando la lista con nuevos retos a alcanzar. La lista nunca acaba. Siempre motivándome…
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