El otro día le dije a una amiga: ¿Te acuerdas cuando te pregunté si lo
que estaba viviendo era una relación tóxica? Ahora no me hace falta
preguntarte, ahora lo sé con certeza. Y es que en lugar de preguntarme a mí
mismo y madurar la respuesta, lo que hacía era preguntar en el exterior, pidiendo
que me ayudaran a comprender la situación, pero en el exterior no se encuentra
la respuesta sino que ésta espera dentro de ti, pacientemente, hasta que te
permitas escuchar y sentir.
Y si sigues escuchando tu sentir, sabrás en qué dirección ir…
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