En la vida hay tres tipos de asuntos: los asuntos propios, los asuntos
de los demás y los asuntos de la vida. Sería interesante que nos
dedicáramos a nuestros asuntos, a vivir la vida intensamente y en paz, en lugar
de estar metiéndonos en los asuntos de los demás. Tú dedícate a lo tuyo, los
demás que se dediquen a la suyo y la vida hará el resto.
Si te dedicas a tu asunto, descubriendo cuál puede ser tu propósito de
vida, estarás en paz. Si te dedicas a los asuntos de los demás, intentando que
cambien, acabarás agotado además de enfermo, porque enfermamos cuando anteponemos
los asuntos de los demás a los nuestros propios. Insisto una vez más: tú
dedícate a lo tuyo, los demás que se dediquen a lo suyo y la vida hará el
resto, que esa sí que verdaderamente sabe…
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