miércoles, 24 de mayo de 2017

¡Deja de dar el coñazo!

Otra de las frases que me llevo de Gran Canaria es que «la coherencia es el camino del corazón». ¿Y quién me dio una lección de coherencia? Mi madre, no podía ser otra. El lunes la llamé y, en mi intento de alargar la conversación unos cuantos minutos para compartir con ella, quizás arrastrado por ese narrador interno que a veces me dice que casi no estoy compartiendo con ellos, con lo mucho que me cuidaron a mí (ya les dije que mi vocecita interna es muy divertida), de repente me suelta: -Bueno, deja de dar el coñazo que estoy trabajando-. Así, sin preámbulos ni nada, zanjó la charla y no pude sino reírme. Mi madre fue coherente. No podía o no quería hablar y no le importó cortar la conversación con su hijo. Es una gran maestra y la vida me dice que siga mi camino, que suelte…


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