Después de estar un rato en casa de mis padres me despedí: – Bueno mamá,
me voy a la playa a llevar al niño –. – ¿A quién, a tu ahijado? –, me preguntó
curiosa. – No, a mí –, le respondí sonriente mientras me daba golpecitos en el
pecho. Entonces mi madre puso tal cara de circunstancias que soltó por su boca:
– ¡Ay Dios, que se me está volviendo loco!
Y después en la playa empecé a reírme a carcajadas al imaginarme que mi
madre asoció esa respuesta a ese curso “de cosas raras”, según ella, que hice
este fin de semana, aunque eso no deja de ser también una interpretación por mi
parte. Así que dejémonos de suponer y sólo quiero expresar lo que siento con
seguridad; amo a mi madre porque, hasta el día de hoy, me deja ser
libre para ser lo que quiera y estar donde quiera; ser y estar. Gracias, mamá…
Amas a tu madre porque te trajo a este mundo, porque creó el ángel que eres, porque eres quien eres porque ella es quien es. Amas a tu madre porque eres consciente de que jamás existirá un amor tan verdad como el que ella siente por ti.
ResponderEliminarAmas a tu madre porque te trajo a este mundo, porque creó el ángel que eres, porque eres quien eres porque ella es quien es. Amas a tu madre porque eres consciente de que jamás existirá un amor tan verdad como el que ella siente por ti.
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