jueves, 11 de agosto de 2016

El día de Mireia

Hace cuatro años, la que por entonces era mi pareja, me dijo que Mireia era la única que me había hecho sonreír. Pasó durante los Juegos Olímpicos de Londres, allá por agosto del año 2012, cuando justo estaba pasando mi particular calvario de pruebas médicas que determinarían mi diagnóstico. Recuerdo estar viendo las carreras de natación y emocionarme de alegría al ver cómo Mireia ganaba una medalla. A punto estuvo del oro, pero no, tuvo que conformarse con la plata, aunque como fue inesperada yo la celebré como un auténtico oro. Fue un soplo de aire fresco en medio de la tempestad…

Y ayer ganó, por fin, ese ansiado oro que tanto buscaba. Y no fue fácil, pues por el camino ha tenido que sobreponerse a las lesiones y entrenar duro, muy duro. Desde aquel entonces me he convertido en un fan incondicional, y ahora que yo también nado y sé el esfuerzo que ello conlleva, más valoro todo lo que ha conseguido. Me enamoró su tesón y sus ganas de mejorar, y me maravilló la manera de enfocarse en su gran objetivo, el oro olímpico, trabajando a destajo durante este ciclo para alcanzarlo. El día de Mireia, ese que tenía bien marcado en el calendario, había llegado. Una única oportunidad para lograrlo, dos minutos y escasos segundos para volcarlo todo, absolutamente todo. Y la vida la ha recompensado…


Aunque siento que la vida siempre te recompensa, dándote lo que necesitas en cada momento, así que si hubiera perdido otra enseñanza más tendría, porque “a veces no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte” (Dalai Lama).


Lo que más me gustaba de lo que leía de ella es que siempre se iba a la cama visualizando la carrera y la medalla, al igual que yo visualizaba cada noche cómo sanaba. Y ayer también utilicé la técnica de la visualización, porque justo lo que estás leyendo hoy lo escribí ayer, antes de la carrera.  Anoche también me fui a la cama imaginando que ganaba. Esta mañana, al despertarme muy temprano, confirmé la noticia: el sueño de Mireia Belmonte se hizo realidad, en esta aparente realidad…


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