Una cosa que me ayudó muchísimo fue simular que
estaba embarazado. Mientras los vómitos hacían acto de presencia, a mí me
gustaba imaginar que eran producto del embarazo y que pronto acabarían. No iba
a tener un bebé, sino la sanación que tanto deseaba. Y esta llegó…
Y ahora también siento que estoy embarazado. El
proceso de creación del libro, mi hijo, está siendo maravilloso. Conforme
avanzan los meses, soy testigo de la forma y fuerza que va cogiendo. Conforme
pasa el tiempo, más enamorado me siento. Aún no he elegido a la matrona que me
ayudará en su alumbramiento, pero sí tiene un padre y muchos ángeles que velan
por su salud para que llegue a buen puerto. Sólo deseo que mi hijo sea una gran bendición y
aporte valor al mundo. Y siento que me sonríe desde dentro…
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