jueves, 26 de noviembre de 2015

Acción de Gracias

No sé si es porque hoy me han invitado a una cena de Acción de Gracias y he pensado que será un buen momento para seguir practicando la meditación de la gratitud. Lo cierto es que, de repente, me he acordado de la prueba final que me hicieron para certificar, con un papel, que estaba completamente sano…

Estaba en una especie de rosco y en mi mente sólo había gratitud. En lugar de ver los pensamientos pasar, veía las caras de toda la gente que había conocido durante todo ese tiempo y que, de alguna manera, me habían empujado hasta allí, a culminar con buen pie la meta. Veía una cara y agradecía los momentos vividos con ella, luego pasaba otra y hacía lo mismo. De vez en cuando se me colaba algún pensamiento como “están tardando mucho, seguro que es porque han visto algo”, pero automáticamente los hacía callar. En ese momento no conocía el “no sé” o “este pensamiento no significa absolutamente nada”, pero instintivamente me salía silenciarlos: ¡¡¡ssssssshhhhhhhhh!!! Las caras se sucedían y cada una de ellas me transmitía confianza…


¡Qué gratitud tan inmensa siento! No sé cómo explicarlo…

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