Eso fue lo que me dijeron hoy en el trabajo, que parecía un kamikaze porque estaba haciendo cosas a lo loco como si se me fuera a acabar la vida. Y no es la primera vez que lo insinúan...
¿Un kamikaze? Si hay algo que me entusiasma y motiva lo pondré en mi lista de prioridades, sin dejar para mañana lo que pueda hacer hoy, a pesar de los miedos. ¿Habrá vida mañana, incluso dentro de unas horas? No lo sé...
Por eso mi corazón se hincha de alegría cuando quedo con personas que vibran en la misma sintonía. Una "puta cabra", le dediqué ese piropo entre risas, porque también me reconocí en esa cabra loca a la que ahora le costaría estar encerrada en un corral. ¿Siempre quiso coger una moto? Pues alquiló una moto. Un miedo superado, un hacer algo por primera vez, un verme reflejado y celebrando el logro alcanzado. Un encuentro que elevó mi entusiasmo a la máxima potencia. ¿Un kamikaze? Un loco por vivir...
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