Los miraba a través de la ventana y desde la distancia me parecían tan pequeños y ligeros que me daba la sensación de que los podía coger con la mano y dirigir el tráfico. Los coches eran de distintas formas y colores, blancos, rojos, negros y algunos de un color gris metalizado, pero yo era el único que los guiaba, jugando como un niño con los elementos que aparecían en el sueño...
Y después me imaginé en la otra posición, dentro de un vehículo con las manos al volante, creyendo controlar la situación y trazando la ruta planificada, hasta que me hice la pregunta de si realmente era yo el que decidía ir para allá o para acá o era ese niño que jugaba con su mirada a través de la ventana. Pobre iluso el conductor que cree saber a dónde va... Me resisto o me dejo llevar...
Y después me imaginé en la otra posición, dentro de un vehículo con las manos al volante, creyendo controlar la situación y trazando la ruta planificada, hasta que me hice la pregunta de si realmente era yo el que decidía ir para allá o para acá o era ese niño que jugaba con su mirada a través de la ventana. Pobre iluso el conductor que cree saber a dónde va... Me resisto o me dejo llevar...
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