Y después de una noche tan apasionada con la que me he reído un montón,
me da por cambiar de tema y tirar de la cisterna. Soy así, capaz de
pasar del llanto a la risa o del amor a la mierda, porque a veces es necesario
un poco de introspección para ver lo que hay en tu interior. Muchas veces
intentamos mitigar ese nauseabundo olor con un poco de ambientador, pero lo
realmente necesario es oler con todas nuestras entrañas lo que se está cosiendo
dentro para luego limpiar; apretar el botón para que salga el agua, restregar
con la escobilla si hace falta y actuar de otro modo para que no se vuelva a
ensuciar, porque si no olemos no actuamos, tenemos esa gran capacidad de
auto-engañarnos con que todo nos va genial. Yo quiero seguir tirando de la
cisterna…
No hay comentarios:
Publicar un comentario