¡Qué va! Ni por asomo me imaginé haciendo esto, aunque es verdad que
algunos tuvieron esa intuición casi desde el principio, pero yo desde luego que
no. En mis planes no entraba escribir un libro ni estar viajando por todos
lados para presentarlo. Es como si me
hubieran dado un nuevo trabajo, una función que desempeñar: «Te sientas y
cuentas tu experiencia. Y sin rechistar, porque no te va a servir de nada»,
parece que lo escucho aseverar. Y me sorprende, todo eso me sorprende…
Y con bastante frecuencia me viene a la memoria la siguiente frase: «Si
quieres escuchar la risa de Dios, cuéntale tus planes». ¿Ese es el plan que
tenías preparado para mí? ¿Te estás partiendo de la risa porque no tenía nada
que ver con lo que yo había planeado? Pues sabes qué, ahora soy yo el que
también se ríe y da las gracias por ello, porque es una gozada vivir en la
eterna sorpresa. No sabes lo que vendrá pero estás dispuesto a recibirlo con
los brazos abiertos. Y además me estoy divirtiendo, disfrutando y sanando,
porque cada vez que salgo a expresar me da la sensación de que sano más, me libero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario