Eso no fue una indirecta, parece ser que los Reyes Magos me lo dijeron
bien claro: «¿Tú no querías empezar a correr? Pues aquí tienes ropa adecuada
para empezar a entrenar». Y lo hice, claro que lo hice. Ayer fue mi primer día acompañado
de mi prima Elena, que me ha explicado las nociones básicas: calentar antes y
después de empezar, colocar bien los brazos y las piernas, mantener la
respiración constante… Cinco minutos corriendo y uno caminando, sin pararnos, y
así hasta completar casi cuatro kilómetros. Nada mal para ser el primer día…
¿Hacia dónde
me llevarán mis zancadas?
Tengo el foco puesto en algo que quiero hacer, pero nunca se sabe. El mayor
riesgo es no tomar riesgos y en los riesgos están las oportunidades. Lo que
sí sé con certeza es la maravillosa conversación que tuve con mi prima referente al libro y que
algún día tal vez contaré. Eternamente agradecido…
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