O la mesa es muy pequeña o yo soy muy grande. Mejor imaginar eso, que
somos muy grandes y todas las cosas de nuestro alrededor se nos quedan pequeñas.
Nuestra esencia sobresale por sobre todas las formas que nos rodean. Este mundo
se nos hace diminuto…
Y por aquí va otra frase: «Amar ya está en la naturaleza de los
hombres. Aprendemos a no hacerlo».
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