Ayer iba de espaldas pero el monitor me decía que iba de culo, con los
pies enterrados en el agua. Eran los últimos minutos de la clase y ya me había
rendido al cansancio, aunque más que rendido, me había relajado…
Desde hace unos meses me acompaña una pulsera con el mensaje de “prohibido rendirse”, pero ayer me dio
la sensación de querer rendirme, aunque no esa parte de mí que sigue adelante y
se maravilla con todo el aprendizaje, sobre todo porque con cada una de las
situaciones veo más aspectos de mí mismo que sanar y soltar, sino aquel que
todo lo quiere controlar, el que se molesta por cosas que le dicen o el que se
resiste ante lo que ha de pasar. Ese es el que quiero que se rinda y se deje
llevar. Soy más de lo que aparento. Toda la fuerza y el poder del mundo
están dentro de mí. Yo no me rindo, sigo adelante sin parar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario