¿Soy libre? Sí, soy libre. Ya no tengo que hacer nada, no tengo que
esforzarme por nada. Un alivio recorre mi cuerpo pero un temblor me embarga.
Soy libre, antes no me sentía libre, pero ahora soy libre y dejo ser libre.
Solté aquello a lo que en el fondo de mi ser me estaba resistiendo y, lo que me
dio el valor, fue reconocer que el amor y egoísmo no son compatibles. El amor
es generosidad y el egoísmo no puede tener lugar. ¿Me asusta ser libre? Tal vez, nunca antes lo había experimentado de esta manera. Abro
la jaula y no sé lo que me depara. No tengo que hacer nada, sólo
abrir y salir de la jaula. ¿Por qué me asusta tanto? ¿No buscaba ser libre?
Vuelvo a salir de la zona de confort y gateo en un terreno desconocido…
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