¿Por dónde es mejor pasarlas, por debajo o por arriba? Esa es la pregunta
que me hicieron refiriéndose a las olas. Vale que jugar con ellas puede ser muy
divertido, al menos en mi caso, porque parece que estoy en una montaña rusa
sintiendo cómo el mar me levanta en peso hasta que mis pies vuelven a estar en
contacto con el suelo, pero si nos sorprendiera una gran ola, desde la
superficie correríamos el riesgo de ser revolcados y acabar envueltos en un
gran remolino. En cambio, si nos zambullimos y metemos dentro, no correríamos
esa suerte. Eso es lo que suelen hacer los surferos, hincar la tabla y bucear
hasta que pase…
Y no deja de ser un símil en cuanto a profundizar y mirar hacia dentro. Por
más que nos asuste cavar, en el interior está la clave de muchas cuestiones que
nos podrían liberar. Solo hay que ser valientes…
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